Mogadiscio,- Información por y sobre mujeres a pesar de todos los obstáculos que se cruzan en el camino de las periodistas en Somalia: ese es el objetivo de Bilan, el primer medio de comunicación del país con una redacción enteramente de género femenino.
«Ahora tenemos la confianza para ejercer nuestro trabajo y cambiar la percepción de la sociedad hacia las mujeres periodistas», asegura con firmeza la directora de Bilan, Nasrin Mohamed Ibrahim, en una entrevista con Efe en las instalaciones del medio en Mogadiscio.
Este nuevo proyecto, impulsado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), nació el pasado 11 de abril para abrir un espacio seguro frente a todas las formas de acoso que las mujeres periodistas sufren en su día a día en este país del Cuerno de África, fuera y dentro de las redacciones.
«Las periodistas sufren acoso en el trabajo y en las calles, no se les permite tomar decisiones reales -incluso cuando lideran programas de manera nominal- y, por estos problemas, sus voces y sus historias no reciben la cobertura que merecen», señala a Efe Jocelyn Mason, representante del PNUD en Somalia.
Bilan, que significa «brillante» y «claro» en somalí, es un nombre de mujer habitual en el país, pero ahora encarna una oportunidad sin precedentes para contar lo que sucede con otros ojos.
El nuevo medio de comunicación tiene su sede en Mogadiscio, en las oficinas del grupo mediático Dalsan, uno de los principales del país, en la llamada Zona Verde de la capital, altamente vigilada y que acoge las instalaciones de organizaciones internacionales.
Las paredes de la redacción de Bilan son una declaración de intenciones, con frases escritas que parecen mantras: «Nuestro objetivo es descubrir las historias que no han sido contadas» o «Crea un espacio seguro para las mujeres periodistas».
El nuevo medio difundirá sus contenidos de televisión, radio y texto a través de las plataformas de Dalsan, aunque también quiere cerrar acuerdos con medios internacionales.
«Estamos trabajando con The Guardian (Reino Unido), El País (España) y otros medios para que encarguen a Bilan historias (producidas) por y sobre las mujeres somalís para audiencias internacionales», dice Mason.
Así, esperan que el proyecto llegue a ser sostenible económicamente después de un primer año de vida financiado por la ONU.
TEMAS SILENCIADOS
En un contexto de violencia yihadista y tensiones políticas después de una larga crisis que ha llevado a demorar las elecciones presidenciales en el país en varias ocasiones desde 2021, Bilan se propone poner el foco en historias silenciadas que afectan al día a día de las mujeres somalís.
«Tenemos espacio para operar libremente y escoger nuestros temas con pleno control editorial», celebra Ibrahim.
El equipo, formado por seis periodistas de diferentes zonas del país, quiere abordar un gran abanico de historias, desde el papel de las mujeres en la economía hasta las diferentes violencias que sufren, aprovechando la confianza que generan en sus conciudadanas.
«Las mujeres nos están aceptando y dándonos la oportunidad de conversar con ellas incluso en sus espacios privados», indica la directora, que aboga por un periodismo que «no hable solo de política y seguridad».
Según Ibrahim, Bilan «cubrirá asuntos sociales, se centrará en profundidad en los problemas de las mujeres y mostrará las historias ocultas que necesitan ser documentadas».
Para su mano derecha y subdirectora Fathi Mohamed Ahmed, ser un medio formado exclusivamente por mujeres les permitirá «sacar a la luz temas tabú», según comenta en declaraciones recogidas por el PNUD.
«Nuestras madres, hermanas y abuelas hablarán con nosotras de asuntos de los que jamás osarían hablar con los hombres», enfatiza la periodista, cuya pasión por esta profesión nació en su infancia, mientras escuchaba las emisiones de la radiotelevisión pública británica BBC con su abuela, una gran contadora de historias.
UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS
Ni Ibrahim ni ninguna de las cinco reporteras lo tuvieron fácil para ejercer la profesión que las apasiona.
«Los compañeros de trabajo nos acosaban (…), nos pedían directamente favores sexuales y tenían estereotipos sobre nosotras», relata a Efe la directora, mientras las propias familias a menudo no ven con buenos ojos que sus hijas ejerzan una profesión con tanta exposición pública.
Pero Ibrahim ha roto con los prejuicios que pesan sobre las mujeres somalís, no sólo como periodista desde hace doce años, sino también al crear su propio equipo femenino de fútbol, otra de sus pasiones.
«Muchas compañeras han dejado la profesión por el acoso y la falta de oportunidades», declara al PNUD Farhio Mohamed Hassan, otra de las reporteras.
«Pero yo aguanté porque creo que tanto los hombres como las mujeres deben sacar a la luz las dificultades de Somalia», añade Hassan, poniendo palabras al anhelo de Bilan.
El proyecto quiere ser más que un medio y ofrecer oportunidades profesionales a las somalís: no sólo incluye un programa de formación para las reporteras, sino que también acogerá a estudiantes en prácticas.
«Ahora somos seis pero aumentaremos el equipo y seremos un ejemplo para otras periodistas mujeres en Somalia», predice con seguridad Ibrahim.
Muktar Abdi