Puerto Príncipe,- Decenas de haitianos que viven en los barrios devastados por la guerra entre bandas armadas por el control del territorio en la entrada norte de Puerto Príncipe se manifestaron este viernes contra la inseguridad.
Los manifestantes marcharon, portando ramas de árbol, por las calles de la zona conocida como la llanura de Cul-de-Sac, en el norte de la capital, para exigir el regreso de la paz a sus zonas, donde han muerto al menos 75 civiles en las dos últimas semanas, según cálculos de la ONU.
«Las autoridades deben asumir sus responsabilidades. Señor primer ministro, asuma sus responsabilidades. Quiero que todos vuelvan a sus casas para que puedan vivir cómodamente. La llanura de Cul-de-Sac no se va a transformar en Martissant (bajo control de las bandas). ¡Eso nunca!», dijo uno de los manifestantes.
En Martissant, en el acceso sur de Puerto Príncipe, las guerras entre pandillas comenzaron el año pasado para hacerse con el territorio, donde el conglomerado de bandas armadas G9 Fanmi e Alye causó el éxodo de miles de personas que huían de la violencia.
Una de las bandas que integran esa coalición de pandillas G9 es la banda Chen Mechan, que rivaliza con el grupo armado 400 Mawozo por tomar la zona de Cul-de-Sac, donde ayer estuvieron quemando vehículos y viviendas.
«Fue el G9 quien incendió las casas y los autos de aquí. Esto fue ayer por la mañana», explicó una habitante de la zona que estaba en el lugar.
«Cuando estaban quemando estas casas, yo aparecí. Les dije que bajaran sus armas. Después, entré», pero dijeron que «me retirara de aquí para no ser víctima en caso de ataques. Me moví y volví a la plaza de Clercine», donde hay cientos de desplazados.
Durante la marcha, unos altavoces reprodujeron en bucle, desde un camión, una canción que pide una oportunidad para el país: «Esto es lo que exigimos, una oportunidad para Haití. Para que Haití no muera».
Como consecuencia de la destrucción que las bandas dejan a su paso, las actividades han quedado paralizadas en estos barrios, donde las escuelas, las iglesias, los bancos, los mercados públicos y los comercios han estado cerrados durante una semana, y sus habitantes exigen que la Policía retome el control para recuperar la normalidad.
«Ya no queremos huir», gritaron los manifestantes. «Si quieren matar, nos matarán a todos», dijo uno de ellos, que llevaba una camiseta blanca como símbolo de paz.
El 24 de abril estallaron violentos enfrentamientos entre el grupo armado Chen Mechan y 400 Mawozo por el control de la entrada norte de la capital haitiana, extendiéndose la lucha desde Croix-des-Bouquets a las barriadas de Cité Soleil, Bajo Delmas y Martissant, en la zona metropolitana de Puerto Príncipe.
Naciones Unidas cifró este viernes en 75 los civiles muertos en las dos últimas semanas fruto de estos conflictos armados, casi el doble de los 39 reportados oficialmente un día antes, y otras 68 personas han resultado heridas hasta el momento.
Instituciones locales y socios humanitarios estiman que al menos 9.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, algunos de los cuales han sido incendiados durante los enfrentamientos.
El recrudecimiento de la violencia en Haití, principalmente en Puerto Príncipe, ha sido una constante ascendente desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio del año pasado, sin que las autoridades hayan sido capaces de poner freno a las guerras entre bandas.