Buenos Aires, (EFE).- La industria argentina del tango ha recibido como un bálsamo la declaración del género como «patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad» con la confianza de que sirva para superar la resaca de las pérdidas provocadas por la crisis económica y la pandemia de la gripe A.
La consecuencia inmediata de esa reciente mención por parte de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es la posibilidad de acceder a financiación internacional para preservar y rescatar la memoria del tango.
En ese sentido, tanto Argentina como Uruguay, que presentaron la candidatura conjunta, se han comprometido a crear nuevas iniciativas que promuevan el reconocimiento del género como identidad y arte.
«Esperemos que sea una influencia positiva, pero no lo podemos saber todavía. Las pérdidas han sido grandes, por ahora hemos empezado a trabajar mejor y se ha notado un incremento del turismo» apunta a Efe Rosa Hendlin, encargada del área comercial de BocaTango.
Las pérdidas a las que se refiere Hendlin han afectado especialmente a los locales que ofrecen espectáculos de tango, duramente castigados por la caída del turismo provocada por la crisis económica internacional y las secuelas de la pandemia de la gripe A en Argentina, uno de los países más azotados por la enfermedad.
«La situación se complicó bastante, sobre todo la contratación de grupos europeos que no querían venir por la pandemia, pero miramos septiembre con buenas perspectivas, que es cuando empieza la temporada alta», explica Analía Basyk, ejecutiva de cuentas del Teatro Astor Piazzolla.
No obstante, fuentes del sector admiten que será difícil acercarse este año a los resultados de la pasada temporada, cuando los locales de tango registraron una afluencia superior a los 3.000 espectadores diarios entre los meses de septiembre a marzo, cifra que contrasta con los escasos 600 que asisten al día actualmente.
Tampoco podrán alcanzarse los resultados económicos del 2008, cuando el sector generó un volumen de negocio de unos 300 millones de pesos (unos 85 millones de dólares).
Alrededor del 80 por ciento del público que asiste a espectáculos «tangueros» en Buenos Aires es extranjero, la mayoría europeo, pero también muchos son brasileños que este año cancelaron sus vacaciones de invierno austral.
Según estimaciones oficiales, en conjunto, el flujo turístico cayó en Argentina un 39 por ciento en julio, y aunque Brasil y Chile se mantuvieron como los países que mayor cantidad de turistas aportaron al país este año, el turismo brasileño cayó un 71,6 por ciento y el chileno un 17,6 por ciento.
Guillermo Divito, propietario del local BocaTango, admite que «en nuestros espectáculos tangueros participan como 30 personas, y a veces teníamos más artistas que público»
«Hemos cerrado tres días por semana la casa, fue un acuerdo que se realizó en la Cámara del Tango para todas las Casas» agrega Rosa Hendlin.
Pero la caída de público e ingresos no ha afectado a todos los locales por igual.
«Hemos tenido una pérdida de público del 70 por ciento, pero, «El Viejo Almacén», por su trayectoria de 40 años no ha cancelado funciones ni ha cerrado ningún día», señala a Efe Luis Veiga, presidente de la Cámara de Casas de Tango y Música Popular Argentina.
Desde la casa de tango Esquina Carlos Gardel admiten que se nota la caída de turistas, pero «la casa sigue funcionando de manera normal, no hemos tenido que cancelar funciones».
Pese a la caída de ingresos para los locales del sector, el «2×4» sigue levantando pasiones en Argentina, como quedó demostrado en la última edición del Mundial de tango, el pasado agosto, al que acudieron decenas de miles de personas.
Un éxito que, seguramente se repetirá el próximo año si, tal como asegura la psicóloga colombiana Cynthia Quiroga en una tesis presentada en la Universidad de Fráncfort (Alemania), se confirma que el tango no sólo mejora el ánimo sino que reduce el estrés y eleva el deseo sexual.EFE
