Brasilia, .- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reunió este jueves a un amplio grupo de la sociedad civil, que integrará un consejo nacional que auxiliará al Gobierno en el diseño de las políticas públicas.
«Tenemos aquí a personas que piensan diferente», con «diversas visiones económicas o ideológicas», pero que resume «la riqueza de la democracia y deberá ser un espejo de la sociedad que queremos», declaró Lula frente a los 240 miembros del Consejo de Desarrollo Económico Social Sustentable.
Este mecanismo consultivo está integrado por 240 representantes de los más diversos sectores, que incluyen la banca, la empresa privada, sindicatos, movimientos sociales volcados a la defensa de los derechos humanos y el medioambiente, así como personalidades del deporte y la cultura.
Lula recordó que esa plataforma de diálogo fue creada en 2003, durante su primera gestión, y funcionó hasta enero de 2019, cuando fue extinta por el Gobierno de su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Para el líder progresista, la supresión de ese mecanismo fue sólo una «muestra» de «las tinieblas» en que fue sumergido Brasil en los últimos cuatro años, a los que aludió como «tiempos de constantes ataques a la democracia, a la diversidad y a la pluralidad».
Lula pidió que el consejo «no sea un espacio para hablar bien del Gobierno ni para hacer solamente diagnósticos», y que sea convertido en «un espacio de construcción, que ayude a gobernar el país». También instó a los empresarios participar en la elaboración de los programas de inversión que prepara el Gobierno, algunos de los cuales serán anunciados este mismo mes e inicialmente apuntan, sobre todo, a las áreas de infraestructura y energías renovables.
La decisión que llevó a recrear el mecanismo de consultas fue saludada por todos los miembros del consejo y calificada como «una iniciativa absolutamente saludable para la democracia» por Luiz Carlos Trabuco, presidente del Banco Bradesco, una de las entidades financieras privadas más importantes del país.
Según Trabuco, «la instalación de este nuevo consejo representa un momento de superación y fortalecimiento de la democracia, con un nuevo espíritu público».
El banquero coincidió con Lula en que «la deuda más grande que tiene el país es la social» y subrayó que «sólo puede ser saldada con crecimiento económico y generación de empleo y renta», que «es la única forma de convertir a los pobres en consumidores».
Lo respaldó la empresaria Luiza Trajano, dueña de una importante red de tiendas por departamentos, quien además apuntó, con el claro consentimiento de Lula, que el consejo deberá abordar esos asuntos también desde la perspectiva de la igualdad de género.
«Este consejo deberá promover la diversidad, trazar planes y salir de la teoría, para combatir de verdad todos los tipos de desigualdades, que son un cáncer que nos afecta a todos», dijo.
