Buenos Aires, – Para el poeta español Luis García Montero la poesía es un «medio pudoroso» de establecer un diálogo entre lo íntimo y lo público, un ejercicio que pone en práctica en «Un año y tres meses», libro que presentó este lunes en Buenos Aires con poemas alumbrados en el duro proceso de la partida de su mujer, la escritora Almudena Grandes (1960-2021).
«La poesía es un medio pudoroso de establecer los diálogos entre la intimidad y lo público. Esa es la tarea del poeta. Para eso es importante tomarse en serio el sentido de la vergüenza, qué es lo que uno puede contar y qué debe mantener en secreto», señaló García Montero al presentar su libro en el Centro Cultural de España en Buenos Aires.
El poemario, publicado el año pasado por Tusquets, está dedicado a quien fuera esposa de García Montero, la novelista madrileña Almudena Grandes, fallecida por un cáncer en noviembre de 2021, a los 61 años, tras un duro proceso de un año y tres meses desde el primer diagnóstico de la enfermedad hasta su muerte.
El escritor, quien además dirige el Instituto Cervantes, compartió que nunca llegó contarle a su esposa, a quien siempre le daba a leer sus borradores, que estaba escribiendo a la luz de esta experiencia de la enfermedad porque no quería arriesgarse a que «leerle un poema a Almudena supusiera que ella pudiera sentirse desanimada».
El poeta granadino, de 64 años, contó que éste fue un libro «muy difícil de hacer» porque la literatura nunca debe ser un «desahogo personal» del escritor, o al menos no debe limitarse a tal cosa.
«Yo creo que para que funcione el hecho literario no basta con escribir. Hace falta que lo que es simplemente un testimonio de tu yo biográfico, de tu dolor personal, se convierta en algo que trascienda lo personal y sea una meditación sobre la condición humana. El poema funciona cuando el que lo lee, aunque no me conozca, se emociona pensando en su propia historia», explicó.
Este es un ejercicio que una y otra vez se activa en «Un año y tres meses», donde las anécdotas íntimas, precisamente, tejen un discurso trascendente sobre el misterio de la muerte y el sentido de la vida. Para el autor ha sido desafiante, además, la irrupción del «secreto» en su vínculo de «sólida intimidad» con su esposa.
«De pronto, empezó a surgir la necesidad del secreto entre Almudena y yo en ese proceso de la enfermedad, del miedo y de la esperanza. Yo no le enseñaba el poema que iba a escribir para no contagiarle mi inquietud. Y después también comprendí que mucho de su optimismo era un esfuerzo por no preocuparnos a nuestros hijos y a mí», sostuvo.
Es precisamente allí, en esos momentos de «secreto», donde aflora la meditación sobre qué debe contar y qué debe callar el poeta «para dejar un hueco que pueda ser habitado por el lector». «La poesía tiene mucho que ver con el pudor del hacerte presente y borrarte lo suficiente para no llenarlo todo en el espacio público que está a la espera del lector», insistió.
En la presentación, García Montero contó anécdotas entrañables, de esas que pudorosamente se deslizan en sus versos, como la vez que se coló en un hospital, en plena pandemia, disfrazado de «médico sin bata» para pasar la Nochevieja de 2020 con su mujer.
Reveló, además, que no ha vuelto a escribir poemas y que, de la mano de este libro, cree haber reencontrado un sentido a la vida, agradeciendo el regalo de haber vivido una verdadera historia de amor.
No faltó tampoco la poesía en labios de su creador, con versos que bien resumen su experiencia y que enmudecieron a su emocionado auditorio en Buenos Aires: «Supongo que este modo de sentirse definitivamente hundido es una forma mía de estar enamorado para empezar de nuevo una vida distinta con el amor de siempre».
