París,- La ministra francesa de la Transición Ecológica, Barbara Pompili, convocó este martes a directivos de Iberdrola para que le dieran explicaciones sobre la contaminación originada por un barco que trabajaba en la construcción de un parque eólico de la empresa española frente a las costas de Bretaña.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Pompili dijo que convocaba «inmediatamente a los responsables de Iberdrola, constructor del parque de Saint-Brieuc, para que se expliquen sobre la situación».
«No toleraré ninguna negligencia en el despliegue de los parques eólicos marinos», subrayó.
El lunes se detectó una mancha de hidrocarburos de unos 16 kilómetros de largo y 2,8 de ancho después de que el barco Aeolus, fletado por Iberdrola para los trabajos de perforación de la instalación que construye en la bahía de Saint-Brieuc, hubiera comunicado que había tenido una fuga de aceite de 100 litros.
La Prefectura Marítima del Atlántico explicó en un comunicado que ha enviado a la zona un barco de asistencia para luchar contra la contaminación y también que ha transmitido todos los elementos recopilados a la Fiscalía de Brest, que se ha hecho cargo de la investigación.
Ailes Marines, la filial al 100 % de Iberdrola que se encarga del proyecto eólico en la Bahía de Saint-Brieuc, indicó por su parte que el Aeolus debía salir esta mañana en dirección de un puerto holandés donde van a llevarse a cabo verificaciones en los equipamientos de perforación.
El parque eólico que construye Ailes Marines en Bretaña prevé levantar 62 turbinas con una potencia de 8 megavatios cada una (496 en total) en un área de 75 kilómetros cuadrados que se encuentra a 16,3 kilómetros de la costa.
Las obras se iniciaron a comienzos de mayo y las instalaciones deberían entrar en servicio a finales de 2023.
La energía eólica es objeto de polémica política en Francia en el contexto de las elecciones regionales que se van a celebrar este mes de junio, con críticas al Gobierno por favorecer su expansión.
Un conocido presentador de televisión, Stéphane Bern, respaldado por la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, y por algunos barones de la derecha, han criticado esa energía entre otras cosas porque consideran que las turbinas están echando a perder muchos paisajes.
