En casi dos siglos y medio de historia, Estados Unidos no ha vivido una crisis como la que está teniendo lugar en este momento. Miles de seguidores de Donald Trump han irrumpido en el Capitolio -el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos- para tratar de impedir la ratificación de los resultados de las elecciones del 3 de noviembre, que había empezado a la una de la tarde de Washington (7 de la tarde hora peninsular española).
Las autoridades podrían haber llamado a las Fuerzas Armadas para que expulsen del edificio a los seguidores de Donald Trump.
Pero el Departamento de Defensa se ha negado a adoptar esa medida. El secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, fue cesado por Donald Trump tras su derrota electoral. Desde entonces, el presidente ha colocado al frente del Pentágono a figuras de la máxima lealtad hacia él.