Según figura en el documento de archivo de la causa, el Ministerio Público comprobó que los hechos que se le imputan al exdeportista a raíz de la denuncia interpuesta por Almánzar el pasado mayo «no constituyen una infracción penal».
Mediante un comunicado de prensa difundido por la firma de abogados que lo representa en el país, Ortiz expresó su satisfacción «por haber culminado con un proceso con el que solo se ha pretendido dañar su imagen» y que conllevó la interposición de respectivas órdenes de alejamiento, primero por parte de la mujer, y luego por parte del expelotero.
De igual manera, Ortiz lamentó que Almánzar insista «en su afán de estar llevando a los medios de comunicación informaciones falsas, llegando al extremo de imputar abuso de poder y temor por su vida, con el único objetivo de hostigar y conseguir el apoyo de la opinión pública».
El detonante del enfrentamiento es una casa que la mujer ocupa en la turística Samaná (noreste dominicano) y que es propiedad de Ortiz, quien ha pedido a su expareja que se mude con el hijo que ambos tienen en común a otra vivienda del exdeportista en Santo Domingo.
Almánzar denunció al exjugador de las Grandes Ligas por cometer «violencia psicológica» contra ella para forzarle a mudarse.
El pasado junio Ortiz viajó a la casa de Samaná cuando solo estaba en el lugar su hijo de 12 años acompañado de su abuela materna.
Según Almánzar, Ortiz acudió en actitud «intimidante» para presionarles a marcharse, algo que negó el exjugador, quien siempre ha mantenido que su actitud era «pacífica».
Ortiz tiene otro caso abierto en la República Dominicana, pero como víctima, puesto que en junio del año pasado fue tiroteado, supuestamente por equivocación, en un bar de la capital del país, hecho por el que hay 14 personas en prisión.
‘Big Papi’ tuvo que someterse a varias operaciones quirúrgicas en Santo Domingo y después en Estados Unidos.
El presunto autor de los disparos, según las autoridades dominicanas, buscaba a otro individuo, relacionado con el tráfico de drogas. EFE
