Manila,- El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, aprobó este martes extender hasta el 30 de abril la cuarentena estricta y el cierre de toda la isla de Luzón, donde se ubica Manila, para contener la propagación de la pandemia COVID-19.
El mandatario ordenó cuarentena en la mayor isla del país -donde viven unos 57 millones de personas, más de la mitad de la población filipina- el pasado 17 de marzo, después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia, con vigencia hasta el 12 de abril, justo después de la Semana Santa.
El grupo de trabajo intergubernamental contra el COVID-19 recomendó hoy formalmente al presidente filipino la extensión de la cuarentena para consolidar los esfuerzos orientados a contener la curva de contagios, decisión aprobada por Duterte.
«Me inclino a la extensión de la cuarentena hasta el 30 de abril», dijo anoche el mandatario en un discurso televisado.
Millones de familias pobres que subsisten día a día como pueden están sufriendo con más virulencia el cierre de Luzón, con toda actividad económica paralizada. Por eso varios grupos civiles han pedido al Gobierno que flexibilice la cuarentena y aisle solo los barrios con focos de COVID-19.
Para minimizar este impacto entre los más desfavorecidos, el Gobierno inició este lunes el reparto de ayuda en metálico de 8.000 pesos (160 dólares) a 18 millones de familias del país, donde el 16 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
Filipinas ha confirmado 3.660 casos de contagio y 163 muertes entre afectados por el nuevo coronavirus, cifras que suben cada día a medida que el país incrementa su capacidad de realizar pruebas de diagnóstico.
Las autoridades sanitarias han confirmado que a partir del 14 de abril Filipinas podrá realizar pruebas masivas para aislar los casos positivos, incluidos los asintomáticos, gracias a la habilitación de laboratorios en todo el país y la llegada de miles de test de diagnóstico donados por China, Corea del Sur y Singapur.
