Voz de América – Redacción, Centímetro por centímetro, casa por casa, las fuerzas iraquíes continúan luchando contra los militantes del grupo Estado islámico que permanecen en Mosul, incluso mientras los funcionarios celebran la victoria.
Los soldados describieron las luchas finales como las más brutales en la batalla con los militantes del Estado islámico, cuando ingresaron a casas donde los militantes se escondían en chalecos suicidas.
Cuando se entró el sol en Mosul el domingo, el convoy del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, partió de la «ciudad liberada de Mosul». Algunos lugareños emocionados se reunieron para conmemorar su visita, con sus cámaras de teléfonos móviles listas.
La inmensa mayoría de Mosul está controlada por las fuerzas iraquíes, mientras los militantes encerrados en una zona de sólo unos 200 metros cuadrados. Los soldados iraquíes dijeron que los combatientes restantes son fanáticos; La mayoría no son iraquíes, y para ellos todas las batallas se libran hasta la muerte.
«Nos gritaron, ¡Salgan de esta tierra musulmana, infieles!» dijo el domingo Barak Razaq, un soldado de las fuerzas especiales iraquíes. «Entonces los vimos usando chalecos suicidas, les lanzamos granadas y nos retiramos y luego llamamos a un ataque aéreo», indicó.
Los soldados calculan que hay entre 100 y 150 miembros de ISISque aún luchan en Mosul, y dijeron que ahora se están concentrando en llevar al mayor número posible de militantes.
