Caracas, (EFE).- El Gobierno de Venezuela retomó este miércoles el control del Internado Judicial de Trujillo, ubicado en el oeste del país, dentro del plan de intervención policial y militar en las cárceles que arrancó en septiembre, con el que han desarticulado grupos criminales que operaban desde seis penales.
El ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos, encabezó el operativo, como ha ocurrido en las últimas semanas, junto a la titular de la cartera de Servicio Penitenciario, Celsa Bautista, y a jefes de los cuerpos policiales y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
En declaraciones transmitidas por el canal estatal VTV, Ceballos aseguró que han «intervenido y liberado» este centro de reclusión, del que no indicó el número de población o si hubo enfrentamientos durante su entrada al recinto, «donde había una estructura criminal».
Se trata, dijo, de «la liberación» de los habitantes de Trujillo «de todas estas mafias criminales que existían aquí» y «pasar (a los privados de libertad) a régimen de trabajo, disciplina y educación».
«Estamos en plena fase de requisa, en combate directo contra las mafias, en la cual se han conseguido armas y materiales utilizados para el crimen», añadió, sin ofrecer más detalles al respecto.
Medios locales y algunas organizaciones no gubernamentales aseguran que la intervención comenzó la noche del martes, un día después de que el Ejecutivo anunciase la «liberación» de la cárcel de Vista Hermosa, ubicada en el sur, el quinto penal intervenido en los últimos dos meses.
Estas intervenciones se llevan a cabo en el marco de la llamada Operación Guaicaipuro, que comenzó con la toma de un penal en el estado Aragua, en el que operaba el Tren de Aragua, una banda criminal extendida por Chile, Perú, Bolivia y Colombia.
Mientras que el Gobierno subraya el éxito de estos operativos, la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones critica que «no hay transparencia» en la información brindada sobre estos despliegues, algunos de los cuales, aseguran, ocurren después de «avisar» a líderes criminales que escapan antes de la llegada de los policías y militares.
