París, Francia prevé crecer un 1,4 % en 2024 y reducir su déficit público en cuatro décimas, hasta el 4,4 % de su Producto Interior Bruto (PIB), con un presupuesto que priorizará la reducción de la deuda y el saneamiento de las finanzas públicas, pero sin dejar de lado las medidas de protección contra la inflación.
Es un texto que, según el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, «protege contra la inflación, permite restablecer las finanzas públicas con medidas de ahorro reales y creíbles y nos permite igualmente invertir en el futuro de la nación francesa».
Entre sus líneas principales, el presupuesto prevé un ahorro de 16.000 millones de euros durante el próximo año, de los cuales 10.000 vendrán de la retirada de las medidas «escudo» puestas en marcha para paliar la subida de los precios de la energía.
«El precio vuelve a la normalidad así que es legítimo retirar ese dispositivo excepcional», argumentó Le Maire, que defendió que volver a un déficit del 3 % es tanto un «imperativo» como una «elección política» del Ejecutivo.
En ese marco encajan también otras medidas estructurales enfocadas a lograr a esa meta en el horizonte de 2027, como la polémica reforma de las pensiones aprobada este año o la del paro. Con todo ello, para ese año Francia lograría dejar su nivel de deuda en el 108,1 % de su PIB, según los planes del Ejecutivo.
«No es un presupuesto de austeridad»
Pese a este foco en el saneamiento de las cuentas públicas, Le Maire recalcó que la protección de los hogares franceses frente al impacto de la elevada inflación, un gran «desafío» para las políticas públicas ya que no se habían registrado alzas de precios tan intensas desde los años setenta, seguirá siendo una prioridad.
Eso se traducirá en una indexación a la tasa de inflación de las pensiones y de las prestaciones sociales, así como en un ajuste de los baremos del impuesto sobre la renta.
Esto supondrá un desembolso de 25.000 millones de euros y, según recalcó el ministro, son opciones mejores que poner en marcha «ayudas sociales».
El texto prevé también 10.000 millones de euros en inversiones para la transición ecológica y una «fiscalidad verde» que favorezca la descarbonización.
Atacará nichos relacionados con los combustibles fósiles, como las autopistas o los aeropuertos, pero se ha descartado finalmente gravar los billetes de avión.
Junto al proyecto de ley de finanzas 2024 también se presentó el del presupuesto de la Seguridad Social del próximo año.
El año pasado ambos proyectos fueron aprobados sin el aval del Parlamento, ya que el macronismo, que no cuenta con la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (Cámara baja), no logró suficientes apoyos para asegurarse el éxito al votar los textos.
La opción por la que optó el Ejecutivo fue aplicar un mecanismo constitucional, el artículo 49.3, que permite aprobar leyes sin el respaldo parlamentario, aunque abriendo la puerta a someterse a mociones de censura.
