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jueves , 2 mayo , 2024

La ocupación francesa de Santo Domingo

La ocupación francesa de Santo Domingo

Por el Dr. Gil Carpio

Santo Domingo. Los acontecimientos que sucedieron en el Caribe en los siglos posteriores al descubrimiento y conquista de América fueron un reflejo de las luchas que sostenían las potencias europeas, por tanto, la suerte de nuestros pueblos no la decidimos nosotros propiamente, sino esas metrópolis, cuyas burguesías estaban en plena expansión.

El estallido de la Revolución Francesa en 1789 repercutió no solo en Europa, sino que tuvo consecuencias inmediatas en la parte Oeste de nuestra isla, la colonia francesa de Saint Domingue donde se produciría, en un lapso de 14 años, la más cruenta revolución que haya conocido la humanidad en tiempos modernos, pasando por varias etapas y culminando con la proclamación de la independencia del Estado Haitiano el 1ro de enero de 1804; pero en la parte Este, en la colonia española de Santo Domingo, también tendría graves consecuencias.

Con la decapitación del Rey de Francia Luis XVI el 21 de enero de 1793, el 7 de marzo de ese mismo año se inicia una guerra entre España y Francia que duraría hasta el 22 de julio de 1795 con la firma del Tratado de Basilea en el cual Francia devuelve a España los territorios ocupados de Bilbao y Vitoria, a cambio, España cede a Francia la parte Este de la isla de Santo Domingo. El acuerdo estipuló, entre otras cosas, que todos los habitantes de la colonia española que quisieran salir de la isla, dispondrían de un año para abandonarla con todas sus pertenencias. Un mes después de notificada la ratificación del tratado, las tropas españolas evacuarían las plazas, puertos y establecimientos francesas que ocupasen, así como los cañones, municiones y otros artículos de guerra. El gobernador Joaquín García, los oidores de la Real Audiencia y los miembros del Clero, serían los últimos en salir.

La ocupación Francesa de Santo DomingoLa noticia causó mucha conmoción entre sus habitantes, pues se presentaba ante ellos la interrogante de si permanecer aquí o emigrar. Si bien hubo quien celebrara la entrega a Francia de esta parte de la isla, también hubo rechazo y manifestaciones en contra del gobierno y del Rey, lo que llevó a muchas familias a abandonar la colonia hacia otros territorios españoles como Cuba, Puerto Rico, Venezuela y México; sin embargo, muchas otras, recordando las riquezas creadas por los franceses en la parte Oeste, preferían esperar las medidas que tomarían las nuevas autoridades para ver cómo le podía ir en nuestro territorio bajo el gobierno de Francia.

Los franceses habían designado como agente provisorio a Roume de Saint-Laurent para organizar el traspaso de autoridad de la colonia de Santo Domingo. Roume había llegado a Le Cap el 11 de mayo de 1796, tiempo por el cual iba consolidando su liderazgo y prestigio Toussaint Louverture, quien había sido designado general de brigada del ejército francés junto a Villatte, Rigaud y Bauvais. En los territorios franceses se había abolido la esclavitud en febrero de 1794 como parte de la declaración de los derechos humanos proclamada por la Revolución Francesa; sin embargo, en la parte Este de la Isla todavía había esclavos, lo que molestaba a algunos funcionarios franceses que permanecían en la parte Oeste. El general Toussaint había manifestado su deseo de tomar posesión de la parte Este, pero no contaba con la autorización del gobierno francés, aunque llegó a incursionar en los poblados de Bánica y Las Caobas causando la huida de gran parte de su población por los atropellos y desordenes que cometieron los ocupantes. Esas localidades fueron recuperadas muy pronto, por tropas inglesas que habían desembarcado por la bahía de Manzanillo. A pesar de la queja del gobierno español, el general Toussaint había sido excusado por esos hechos, por la comisión civil que presidía Roume de Saint-Laurent.

El 27 de marzo de 1798 llega a Santo Domingo el general de división Marie Theodore Josef Hédouville, quien había sido designado por el Directorio para hacerse cargo de Saint Domingue, ponerle freno a las ambiciones de Toussaint y tomar posesión de la parte Este; fue recibido por el gobernador español Joaquín García, quien creyó que el general venía al traspaso de autoridad, pero éste le manifestó que por el momento su presencia en Santo Domingo no era necesaria, que su mayor interés estaba en llegar a Le Cap. La capacidad política y militar de Toussaint Louverture se pusieron a prueba frente al desafío de Hédouville, quien mandó a desarmar a un regimiento compuesto por negros que actuaban bajo las ordenes de Toussaint en el Sur de Haití, quien respondió marchando hacia Le Cap y amenazando con incendiar las poblaciones circundantes, lo que obligó al general Hédouville a embarcarse con destino a Francia.

Con la salida del general Hédouville, poco tiempo después, Toussaint quedaba como máxima autoridad de Haití, pues no obstante las gestiones que hizo Roume para neutralizar la rivalidad que existía entre Toussaint y Rigaud, se produjo un enfrentamiento militar entre ambos y Rigaud termino marchándose a Francia. A pesar de que habían transcurrido 5 años de España haberle cedido a Francia la parte Este de la isla, Francia no había tomado posesión de la misma. Deseoso de ocupar Santo Domingo, pero sin la autorización del Directorio, Toussaint encuentra el pretexto perfecto para ejecutar la ocupación cuando recibe una denuncia del general Pageot en la que informa sobre la venta de esclavos en Santo Domingo. En Saint Domingue se pone a circular esa noticia de manera deliberada por la gente de Toussaint, produciéndose una reacción violenta, que provoca el apresamiento de Roume de Saint-Lourent, sufriendo toda clase de maltratos, hasta que es rescatado por Toussaint, y en agradecimiento, el agente provisorio autorizó a Toussaint a enviar al general Agé a anexar Santo Domingo. Agé arribó a la ciudad de Santo Domingo el 13 de marzo de 1800 en compañía de un ayudante y un secretario. Los vecinos, al darse cuenta de que no vino acompañado de tropas, se presentaron al cabildo y entregaron una carta al gobernador Joaquín García, solicitando la suspensión del traspaso hasta tanto contara con la aprobación del Directorio en Francia.

El gobernador, accediendo a la petición de los vecinos, le envía una comunicación a Roume informando que el Ayuntamiento, el Cabildo Eclesiástico y los vecinos de San Carlos estaban muy angustiados y pedían tiempo para tomar las embarcaciones que los sacaría de la isla, pero esas embarcaciones no llegaban y Joaquín García le solicitó a Agé que se marchara, lo que aceptó el general francés. Esto molestó sobremanera a Toussaint, quien se preparó durante varios meses para tomar Santo Domingo con la fuerza del ejército, pensando que los dominico-españoles harían resistencia con las armas. A Le Cap había llegado un navío con la respuesta del Gobierno francés en la cual prohibía la ocupación de Santo Domingo, pero Toussaint se hizo el desentendido y al mando de 4,000 hombres marchó sobre la antigua colonia española pasando por San Juan de la Maguana, donde para justificar la ocupación, proclamó prometiendo seguridad y protección para todos los habitantes de la parte Este que quisiesen permanecer en sus hogares, que unida la isla bajo su mando, la gente podrá dedicarse tranquilamente a trabajar la agricultura y el comercio. Con esa proclama procuraba Toussaint trataba de ganarse la confianza entre los habitantes de la antigua colonia española, porque sin ellos le sería muy difícil conseguir los objetivos de unidad que buscaba.

Las tropas llegan a Azua el 4 de enero de 1801 donde entraron sin resistencia. En su avance hacia la capital, el general Paul Louverture, hermano de Toussaint, encontró acampados cerca de Nizao unos 500 hombres del Batallón Fijo de Santo Domingo, integrado, además, por civiles, quienes le hicieron resistencia feroz en un combate que duró poco más de dos horas, luego de lo cual los criollos tuvieron que replegarse, refugiándose en Haina. Por su parte, Moyse, sobrino de Toussaint, quien comandaba las tropas que entraron por el Norte, encontraron resistencia de poca importancia en Mao, para luego tomar la ciudad de Santiago sin problemas. Toussaint había establecido su cuartel general en Boca de Nigua desde donde estuvo despachando. El 21 de enero fue firmado un convenio provisional entre Joaquín García y Hervercourt, el ayudante de Toussaint, y el día 26 estaba el general francés subiendo las escaleras del Ayuntamiento, recibiendo las lleves de Santo Domingo.

Hay historiadores que dicen que al ocupar la parte Este, Toussaint decretó la abolición de la esclavitud, pero si fue así, era innecesario, pues éramos ya territorio francés desde el 22 de julio de 1795 cuando se firmó el Tratado de Basilea y Francia la había abolido el 7 de febrero de 1794, como dije antes, con la Declaración de los Derechos Humanos. Tomó medidas para aumentar el sistema productivo; limitó el otorgamiento de tierra a nuevos propietarios; sustituyó los cabildos por municipalidades compuestas por tres miembros: un blanco, un mulato y un negro; estableció en cada plaza una compañía de gendarmes para preservar el orden público; convocó una asamblea general de once diputados en Port-Au-Prince para redactar una nueva constitución que le otorgaría poderes dictatoriales, la cual contendría 13 títulos y 77 artículos. La misma fue firmada por Toussaint el 3 de julio. Para mejorar la economía, el caudillo ordenó la siembra de productos exportables, dispuso restricciones a la ganadería y limitó la pequeña propiedad agraria. Dispuso la confiscación de los bienes de la iglesia. Un testigo presencial de lo que se ha dicho en este párrafo lo fue el historiador Antonio Del Monte y Tejada, quien dice que estas disposiciones, al cabo de un año, le permitieron a Santo Domingo alcanzar gran prosperidad.

Toussaint Louverture era celoso de la fidelidad y desconfiaba de todo el mundo. Luego de un viaje por el interior, en un pase de revista militar, dispuso el despojo de sus armas a todos los miembros del Batallón Fijo de Santo Domingo, obligándolo a marchar a Port-Au-Prince y antes de llegar a esa ciudad fueron asesinados todos. Ese hecho, si se produjo como lo cuentan algunos historiadores, deja una mancha negra en la historia de ese gran lider.

El gobernador, Joaquín García fue el último de los funcionarios de la colonia española de Santo Domingo en abandonar la isla, marchándose rumbo a Maracaibo, Venezuela en febrero de 1801, para luego llegar a la Habana; dos años antes lo habían hecho los miembros de la Real Audiencia de Santo Domingo, y en 1798 se había marchado el arzobispo Portillo, todos se fueron a radicar en La Habana.

El 9 de noviembre de 1799 asciende a la jefatura de las fuerzas armadas de Francia Napoleón Bonaparte, quien luego de un golpe de estado es designado primer cónsul y más tarde Emperador. Mientras Toussaint Louverture gobernaba la isla Santo Domingo sin contratiempos, Napoleón estaba pensando rescatar Saint Domingue y devolverle el esplendor de su época de oro, pero carecía de recursos logísticos y hombres suficientes para llevar a cabo tal empresa; sin embargo, los comerciantes de Bordeaux, Nantes y La Rochelle quienes se habían enriquecido en la época de mayor empuje económico de la colonia francesa, le pedían que la recuperara para seguir negociando con ella. A ese reclamo se sumó la esposa de Napoleón, Rosa Josefina Tascher de la Pagerie, nacida en la isla de Martinica, hija de un comerciante que era propietario de haciendas con 165 esclavos en esa colonia francesa, con temor de que los antiguos esclavos de Saint Domingue ejercieran influencia sobre los demás territorios franceses en el Caribe. A finales de diciembre de 1799, presionado por los comerciantes, Napoleón dispuso que se reunieran 3,500 hombres para enviarlos a la isla, pero como Francia estaba envuelta en conflictos bélicos con varios países europeos, ese grupo no pudo salir hacia el Caribe. 6 meses después de superado los inconvenientes, se reúnen 6 batallones de 6,000 hombres cada uno, con los equipos y pertrechos necesarios, el mando de los cuales recayó sobre el cuñado de Napoleón, el general de división Charles Víctor Enmanuel Lecler, prestigioso militar, quien exhibía varias victorias militares y buena fama de intelectual. Acompañaron a Lecler oficiales de alta graduación e igual de prestigio, zarpando desde varios puertos de Francia, España y Holanda el 14 de diciembre de 1801 en 58 navíos con 58,543 hombres. Entre los oficiales que iban en la flota estaban Rigaud, Petión y Villatte. Poco tiempo después, Petión jugaría un papel estelar en la lucha por la independencia de Haití.

El 2 de febrero de 1802 llegan a la bahía de Samaná y desembarca François Kerverseau al mando de 450 hombres con la encomienda de tomar la ciudad de Santo Domingo y toda la parte Este de la Isla. Lecler continúa hacia el Oeste arribando a Le Cap ese mismo día con 12,000 hombres. Kerverseau no pudo tomar la ciudad de Santo Domingo en el primer intento, pero sí en el segundo con el auxilio de tropas dominicanas comandadas por Juan Barón. Ya en el mes de mayo, los franceses dominaban toda la isla, aunque en las montañas del Este quedaban focos de resistencia. Toussaint fue hecho preso el 7 de junio de 1802 y enviado a Francia donde murió el 7 de abril de 1803. Simultáneamente con la prisión de Toussaint, se regó la noticia en Saint Domingue de que la esclavitud había sido restablecida en los territorios franceses del Caribe, provocando un estallido de violencia al grito de libertad o muerte. Una epidemia de fiebre amarilla acabó con la vida de millares de soldados franceses, incluido al General Lecler. Donatien Rochambeau, sucesor de Lecler desató una ola de terror sobre los antiguos esclavos sin precedentes. En mayo de 1803 los ingleses habían reanudado la guerra contra Francia e impusieron un bloqueo sobre todos los puertos de Haití, lo cual iba a determinar que Francia perdiera definitivamente la guerra y el 28 de noviembre, Rochambeau capitulaba en Le Cap frente a Jean Jacques Dessalines, uno de los tenientes de Toussaint que había quedado al frente de las tropas rebeldes. Mientras Francia perdía definitivamente su antigua colonia de Saint Domingue, en la parte Este de la Isla, François Kerverseau se mantenía al frente del gobierno de Santo Domingo, respaldado por unos 600 hombres, y en el Noroeste, Monte Cristi, se encontraba Louis Ferrand al frente de 400 soldados.

La derrota de las tropas francesas en Saint Domingue causó una crisis de autoridad para el general de brigada François Kerverseau en la parte Este de la isla, pues había descontento entre los soldados de puesto en la capital, lo cual provocó un golpe de mando por parte de Louis Ferrand, quien marchó desde Monte Cristi, pasó por Santiago y al llegar a la capital reemplazó a Kerverseau, quien renunció. Con la idea de impulsar el proyecto napoleónico, Ferrand emplazó a todos los soldados franceses que se encontraban dispersos en los territorios franceses del Caribe para que se reagruparan en Santo Domingo. A ese llamado acudieron cerca de 300 franceses y se sumaron unos 500 españoles. Trató de manera infructuosa de atraer a los antiguos colonos que estuvieron establecidos en la isla, ofreciendo tierras realengas para sus haciendas. Impulsó los cortes de madera y el desarrollo de plantaciones de cafetales y caña de azúcar. Estuvo emitiendo patentes de corso como parte del Tratado de Basilea, para que los corsarios franceses en el Caribe pudieran disponer de sus presas, especialmente inglesas, en los dominios españoles de América, para poder equipar y pagar su ejército de unos 1,600 soldados y de sostener la administración de la antigua parte española de la isla. La mayor parte de las presas eran embarcaciones provenientes de Norteamérica que hacían intercambios comerciales en Saint Domingue.

El 22 de enero de 1804, Ferrand emite un decreto mediante el cual determinó que todas las propiedades de los habitantes de la antigua colonia española que se han embarcado o  se embarcasen sin pasaporte, bien sea antes o después del bloqueo a la ciudad, serán secuestradas por el gobierno y serán parte de los bienes nacionales todo el tiempo que dure el secuestro. Esta medida fue muy impopular entre los emigrados y causó un disgusto general entre la población, provocando, junto con otros elementos, según Fray Cipriano de Utreras, el alzamiento de 1808 contra los franceses.

El gobierno de Ferrand no solo desconocía la existencia del Estado Haitiano, sino que manifestaba la necesidad de aniquilar parte de su población y autorizó la captura de los menores de 14 años para ser vendidos como esclavos. También prohibió el intercambio comercial con Haití, lo que causó mucho enojo en el Cibao y el Sur de la antigua colonia española, por la ya difícil situación económica que estaban pasando al quedar imposibilitados de comercializar con Norteamérica, debido al bloqueo impuesto a Santo Domingo, por la guerra entre Inglaterra y Francia. La presencia francesa en  la parte Este representaba una amenaza para el Estado Haitiano.

A diferencia del Cibao y el Sur, en los alrededores de Santo Domingo, se desarrolló un importante dinamismo económico con la exportación de madera, construcciones y mejoras de infraestructura ya existentes que dieron trabajo y oficio a un importante grupo de artesanos y trabajadores. Se aplicaron políticas sociales que respondían a la intención del régimen de Napoleón de restablecer la esclavitud o en su defecto la subyugación de la población de Santo Domingo, para impulsar la plantación como modelo de producción. Dichas medidas iban dirigidas a personas de color, libertos o esclavos, para quienes las mismas eran muy impopulares. El 31 de diciembre de 1807, Ferrand dispuso que todas las personas de color mostraran un titulo de libertad que probara su condición de libertos. Como era de suponer, miles de libertos resientes y antiguos carecían de ese documento y tuvieron que presentarse en masas ante notarios en busca de un título de libertad. Ferrand aplicó una política racial extremadamente odiosa, al llegar al extremo de prohibir las relaciones matrimoniales entre parejas blancas y de color, la escolaridad de niños negros, etc. Una verdadera contradicción con la declaración de los derechos humanos proclamada con la Revolución que barrió con el viejo orden despótico que gobernaba Francia. Otra medida que causó tensión y disgusto entre los hombres de la iglesia fue la imposición de un estado laico y la expropiación de inmuebles  rurales y rentas eclesiásticas, alentando a obviar el pago del diezmo. Estas medidas sumaron otro sector social  importante contra de la ocupación francesa.

Las medidas que había decretado Ferrand desconociendo la existencia del Estado haitiano y había creado alarma en Haití, pues veían la presencia francesa en Santo Domingo como una amenaza permanente, pero a la vez, las tropas de Dessalines eran vistas como una amenaza sobre el departamento del Cibao y desalentó la repoblación de esa área, tan castigada por las operaciones militares. El 22 de febrero de 1805 se produce la invasión de Dessalines, quien entra por el Sur en dirección a la ciudad de Santo Domingo y por el Norte el general Henry Christopher. El sitio a la ciudad capital duró varias semanas, pero los haitianos no la pudieron ocupar, por la resistencia de los soldados franceses y dominico-españoles, y la llegada el 26 de marzo de una escuadra francesa por el puerto de Santo Domingo, lo que provocó la retirada de las tropas haitianas dejando a su paso destrucción y muertes, en los diferentes poblados. En Moca y Santiago se produjeron las mayores atrocidades, pues pasaron a cuchillo a todo el que no salió huyendo.

El 2 de mayo de 1808 estalla una rebelión en Madrid contra la ocupación por parte de Napoleón de la península ibérica, la junta central de Sevilla procuró el apoyo de los territorios españoles de América. Al adherirse a la Junta tanto Salvador de Muro y Salazar, marqués de Someruelos, Capitán General de la Isla de Cuba, como Toribio Montes de Puerto Rico, fomentaron el levantamiento de españoles y criollos de Santo Domingo. En agosto de 1808 en las islas del Caribe corrían los rumores de lo que pasaba en la península iberia, pero en el caso de Santo Domingo, la agitación debió ser mayor, pues de las tres islas mayores del Caribe, era la única que estaba ocupada por Francia.

El movimiento conspirativo para expulsar a los franceses de Santo Domingo recibió una valiosa ayuda del gobernador de Puerto Rico, Toribio Montes, pero actuaba por motivos diferentes al interés de los dominicanos. Juan Sánchez Ramírez recibe ayuda económica de los dominicanos residentes en Puerto Rico y de su gobernador Toribio Montes. Por el puerto de Boca de Yuma, recibe el 1ro de noviembre de 1808 un cargamento de 400 fusiles y municiones. Con esas armas y la ayuda de refuerzos, el día 7 de ese mismo mes de noviembre libra la batalla de Palo Hincado en El Seibo, derrotando a los franceses y provocando la muerte de Ferrand. En su retirada, las tropas francesas se atrincheraron en la ciudad de Santo Domingo, soportando el sitio de las tropas de Sánchez Ramírez por tierra y el bloqueo naval de los ingleses y no fue hasta el 9 de julio de 1809 y luego de un período de negociaciones, que los franceses se rinden, pero lo hacen ante las fuerzas inglesas, poniendo fin a la ocupación francesa de la antigua colonia española de Santo Domingo, en un proceso que la historia le ha llamado La Reconquista. Francia devuelve formalmente a España la parte Este de la Isla en 1814, mediante la firma del Tratado de Paris.

El autor es abogado, consultor jurídico de www.elperiodico.com.do

Nota relacionada

Fuentes bibliográficas:

-Frank Moya Pons, Reseña del libro sobre la Reconquista de Francisco Moscoso, Clio No. 202

-Manuel Reyes Sánchez, Revista Clio No. 203

-Carlos Esteban Deive, Historia General del Pueblo Dominicano, Tomo III

-Quisqueya Lora H., Historia General del Pueblo Dominicano, Tomo III

-Juan Bosch, Composición Social Dominicana

 

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