«Tenemos combustible solo para hoy», aseveró el responsable de UNRWA en una rueda de prensa en Jerusalén.
Lazzarini indicó que mediante un acuerdo entre Israel y Catar ha entrado combustible a la Franja y que, solo si la agencia tiene acceso a parte de ese carburante, podrán seguir suministrando a sus «socios, panaderías y hospitales», así como continuar con sus operaciones.
«Hay un lugar en el que hay combustible, entró por un acuerdo entre Israel y Catar a través de Egipto. Si tenemos acceso o no a ese combustible, solo será posible si hay una desescalada con Israel», admitió Lazzarini, en su primera rueda de prensa desde que empezó la guerra entre Israel y las milicias islamistas de Gaza.
El responsable de UNRWA admitió que si tienen acceso a ese carburante podrían «seguir funcionando uno o dos días más», e insistió en que son necesarios 160.000 litros diarios para las necesidades mínimas.
Consultado sobre las informaciones que apuntan que Hamás tiene retenidos medio millón de litros de carburante, Lazzarini dijo «no tener idea» sobre cuánto combustible queda dentro de la Franja, ni cuánto entró mediante el acuerdo entre Israel y Catar, del que apenas ha trascendido información.
La escasez de combustible ha obligado a UNRWA a limitar el consumo y a «tomar decisiones difíciles que una agencia humanitaria no debería tener que afrontar» sobre cómo distribuir la ayuda.
«¿A quién damos carburante? ¿A las panaderías, a las plantas de agua, a los hospitales? Todos necesitan combustible para funcionar y todos ofrecen ayuda básica», lamentó.
UNRWA también denunció que 57 trabajadores de la agencia han muerto durante los duros bombardeos de Israel sobre al Franja, 15 de ellos fallecieron en solo 24 horas. «Uno de nuestros trabajadores murió mientras iba a comprar pan para alimentar a su familia. Ha dejado seis hijos desamparados», contó visiblemente emocionado.
«No podemos mirar más hacia otro lado sobre esta horrible tragedia humana», indicó Lazzarini, quien subrayó que la Franja está sometida «a un cerco» que impide la entrada de productos básicos para sobrevivir, condenando a más de dos millones de gazatíes a morirse de hambre.
«La gente en Gaza está enfadada, hambrienta y frustrada», agregó Lazzarini, quien destacó que los gazatíes «merecen una respuesta de la comunidad internacional».
El comisionado alertó, además, de la necesidad de proteger a la población civil en un contexto de guerra y sobre el peligro de «identificar» a todos los gazatíes como miembros de Hamás.
«Es una afirmación peligrosa y engañosa», opinó en una referencia velada a Israel, que hace unos días instó a todos los gazatíes que permanecen en el norte del enclave a desplazarse al sur y les amenazó con que serían considerados «cómplices de los terroristas de Hamás» si no lo hacían.
