París, (EFE).- «Europa puede morir de sí misma», alertó este jueves el presidente francés, Emmanuel Macron, quien urgió a que la UE se embarque ya en una transformación radical para asegurar su supervivencia política y económica.
La Europa que conocemos «es mortal» y su futuro «se decide ahora», afirmó Macron, en un discurso sobre política europea en la universidad de la Sorbona de París, en el que instó a tomar decisiones urgentes para asegurar el crecimiento y la soberanía de la Unión Europea.
Macron alertó sobre los crecientes desafíos geopolíticos que afronta la UE y sobre el riesgo de que su crecimiento económico se estanque por sus propias políticas internas y la competencia desleal de otras potencias.
Por ello, argumentó que hacen falta «decisiones estratégicas masivas que supongan un cambio de paradigma», a fin de que Europa pueda asegurar su autonomía política y económica frente a Rusia, China o Estados Unidos, lo que en su opinión equivale a su supervivencia.
El jefe del Estado francés resumió los desafíos en el retorno de la guerra a Europa con la invasión de Ucrania, las grandes transformaciones digitales, el cambio climático y la relocalización de la industria para mantener su soberanía, también en la agricultura y la alimentación.
Igualmente alertó de que «el futuro de la democracia liberal se juega ahora» entre crecientes amenazas como la desinformación o la injerencia exterior en procesos electorales.
«Defensa europea creíble»
«Hace falta construir el concepto de una defensa estratégica creíble», afirmó Macron, y para ello la disuasión nuclear es un «elemento estratégico», por lo que defendió el arsenal atómico francés y propuso intensificar los lazos de defensa con el Reino Unido.
El presidente advirtió de que es necesario «aumentar el gasto de defensa» y acelerar la integración de los ejércitos ante amenazas como la de Rusia, además de insistir en «la preferencia europea» a la hora de comprar equipos militares.
Recalcó que no se puede confiar únicamente en el apoyo de Estados Unidos, porque «la cuestión europea no es una prioridad» para Washington, pero no llegó a pedir la creación de un auténtico ejército europeo, sino que se limitó a apostar por una «intimidad estratégica» militar entre los Estados de la UE.
En el ámbito político, lamentó que los comicios europeos de comienzos de junio sean en realidad «elecciones nacionales», dada la falta de listas y proyectos transnacionales.
En economía, resumió la situación europea en que «gastamos demasiado, invertimos poco, somos demasiado abiertos y no defendemos nuestros intereses».
Por ello, pidió «un nuevo modelo económico y de producción» que permita a Europa asegurar el crecimiento y defender sus productos con normas más simples. De lo contrario -consideró-, Europa no podrá mantener su modelo social.
Insistió en que Europa debe defenderse de «la competencia desleal» comercial, con «cláusulas espejo» en los acuerdos, y pidió incluir «un objetivo de crecimiento y otro de descarbonización» en los mandatos del Banco Central Europeo (BCE).
También dijo que Europa debe ser líder mundial para 2030 en cinco campos tecnológicos clave para la nueva economía: sector digital e inteligencia artificial, informática cuántica, espacio, biotecnología y nuevas energías (fusión nuclear, nuevos reactores e hidrógeno).
Macron apostó, además, por fortalecer las fronteras de la UE, con más cooperación con los países de origen y de tránsito de inmigrantes indocumentados, así como una lucha más intensa contra los traficantes.
Y calificó de «geopolítica del cinismo», aunque sin citarlo directamente, el modelo británico de enviar solicitantes de asilo a Ruanda para procesar sus demandas allí.
«Riesgo inmenso» de irrelevancia
Hay que «acelerar las transformaciones» porque durante el próximo decenio «el riesgo es inmenso de ser fragilizados, incluso relegados», insistió.
Con este discurso de casi dos horas, que también tocó la educación, la política social y la igualdad para desarrollar el modelo humanista europeo, Macron buscó sentar las bases de la discusión en el seno de las nuevas instituciones de la UE que saldrán de las elecciones europeas.
Sin embargo, algunos partidos de la oposición, especialmente la ultraderecha de Agrupación Nacional (RN) -el grupo de Marine Le Pen al que las encuestas dan ganador en Francia de los comicios europeos-, le han acusado de utilizar el podio presidencial para hacer campaña para su partido.
Y Macron deslizó que algunos partidos «nacionalistas», en clara referncia al RN, ya no piden -tras las duras lecciones del brexit- salir de la UE o del euro como preconizaban antes, pero sí amenazan con no respetar las reglas comunitarias o con vaciar la Unión de sus políticas.
