Madrid,(EFE).- El italiano Francesco ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati Desmosedici GP24), el surafricano Brad Binder (KTM RC 16) y el español Jorge Martín (Ducati Desmosedici GP24) protagonizarán este fin de semana un nuevo duelo por el liderato del campeonato del mundo de MotoGP con la disputa del Gran Premio de Portugal en el circuito de Portimao, en el que otro español, Marc Márquez (Ducati Desmosedici GP23), será el ‘invitado especial’.
Bagnaia es el líder de la competición y vigente campeón, merced a su victoria en la ‘carrera larga’ de Catar, pero con 40 carreras todavía por delante, es casi como decir ‘nada’, ya que apenas dos puntos le separan de Binder y escasamente tres de Martín, en un trazado de características muy peculiares pero en el que único que se ha subido a lo más alto del podio ha sido el italiano.
El de Portimao, trazado enclavado en la zona del Algarve del Atlántico portugués, es un circuito muy particular, con quince curvas, nueve hacia la derecha y seis a la izquierda en el que destacan sus ondulaciones y la fuerte inclinación de la curva uno, en donde lograr la mejor puesta a punto se convierte casi en una necesidad para conseguir un buen rendimiento.
La carrera se disputa en este escenario desde 2020, cuando por su conocimiento de la pista se impuso el ‘local’ Miguel Oliveira, entonces sobre una KTM RC 16, en tanto que las dos siguientes temporadas la victoria fue para el francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1), que se proclamó campeón del mundo en 2021, pero en 2023 el triunfo fue para Bagnaia y su potente Ducati, lo que tras el triunfo en Lusail le perfila como el principal aspirante a subir a lo más alto del podio e incrementar así su ventaja en la clasificación provisional del mundial.
Esa es la teoría, pero la práctica puede ser una bien distinta, pues todos los pilotos estarán muy pendientes de la puesta a punto de sus motos y también del progreso de uno de los rivales que puede ser el más peligroso a lo largo de la temporada, el ocho veces campeón del mundo de motociclismo, Marc Márquez, quien ya en Lusail evidenció una notable adaptación a su nueva Ducati Desmosedici, consiguiendo una quinta y cuarta plaza en la carrera ‘sprint’ y el gran premio, respectivamente.
Bien es cierto que el Portimao es un trazado que no se le ha dado bien hasta la fecha, aunque en su favor cabe destacar que la primera vez que se disputó allí una carrera del mundial fue en 2020, el año de la pandemia y también el de su grave accidente en Jerez de la Frontera, cuyas secuelas ha arrastrado durante las cuatro últimas temporadas.
Una sexta plaza ha sido el mejor resultado en gran premio, en 2022, unido a una tercera posición en la carrera ‘sprint’ del pasado año 2023, por lo que no se puede descartar a Marc Márquez en ninguna de las ‘cábalas’ que se realicen, pero como en los anteriores casos, el mundial no ha hecho más que comenzar y son muchos los pilotos a los que hay que tener en cuenta.
Ese es el caso de los pilotos oficiales de Aprilia, Aleix Espargaró y Maverick Viñales, que demostraron tener el suficiente potencial en sus nuevos prototipos de RS-GP, pero no terminaron de concretar ese rendimiento en pista, en donde debieran ser ‘habituales’ en la pelea por el podio, como también los pilotos de KTM Brad Binder y el australiano Jack Miller, o los de Gas Gas, con el ‘debutante’ Pedro Acosta a la cabeza.
El ‘Tiburón’ del Puerto de Mazarrón deslumbró por su rendimiento en la carrera de Lusail, en la que llegó a ascender hasta la cuarta plaza, pero pagó el esfuerzo realizado tanto en lo físico como en el desgaste de los neumáticos en el tramo final de la carrera catarí, por lo que seguro que habrá aprendido ‘la lección’ y sabrá dosificar mucho mejor su esfuerzo en Portugal.
Los pilotos de Yamaha, en particular Fabio Quartararo, el piloto que más ha ganado en Portimao, debieran de ser los ‘siguientes’ aspirantes, con Alex Rins tras el francés, aunque su principio de temporada con el nuevo prototipo de la YZR M 1 no ha sido todo lo esperanzador que cabría esperar.
Menos halagüeño es el panorama para los pilotos oficiales de Honda, el español Joan Mir y el italiano Luca Marini, que en Lusail sufrieron para conseguir un buen rendimiento y dejaron claro que queda mucho camino por delante para la evolución de la RC 213 V, al menos para ponerse ‘a la par’ de sus rivales.