«(Las autoridades electorales congoleñas) han anunciado la victoria de Félix Antoine Tshisekedi con un 73 % (de los votos). Me gustaría ofrecerle mis más sinceras felicitaciones», señaló en su cuenta de X (antes Twitter) el mandatario de Comoras y presidente de turno de la Unión Africana (UA), Azali Assoumani.
Al jefe de turno de la UA enseguida se sumó el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, que el pasado 28 de diciembre envió al este de la RDC, donde luchan más de un centenar de grupos rebeldes, un primer contingente de soldados sudafricanos que integrarán una nueva fuerza regional Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC).
«El pueblo de la RDC ha dado un paso sólido hacia la consolidación de la democracia en su país, y ha expresado su deseo de un futuro pacífico, seguro y próspero», añadió el presidente sudafricano en un comunicado, poco después de que se anunciase el triunfo de Thsisekedi con el 73,23 % de los votos, según las autoridades electorales.
Desde entonces, también felicitaron a Tshisekedi los presidentes de Guinea-Bisáu, Umaro Sissoco Embaló; Kenia, William Ruto; Namibia, Hage Geingob; Senegal, Macky Sall; Tanzania, Samia Suluhu Hassan; Uganda, Yoweri Museveni; Zambia, Hakainde Hichilema; y Zimbabue, Emmerson Mnangagwa.
Sin embargo, los principales opositores de la RDC, incluidos Martin Fayulu, Moïse Katumbi y Denis Mukwege, han rechazado la victoria del mandatario congoleño en los comicios presidenciales y han llamado a sus simpatizantes a protestar.
Katumbi, que quedó en una segunda posición con el 18,08 % de los votos, llegó a pedir el pasado domingo una repitición electoral y tachó esos resultados como un «fraude masivo».
El líder opositor, Martin Fayulu, tan sólo recibió el 5,33 % del sufragio, mientras que el ganador del Premio Nobel de la Paz de 2018, el ginecólogo Denis Mukwege, se quedó con menos del 1 %.
Estos resultados aún deben ser validados este mes por el Tribunal Constitucional congoleño.
Más de 40 millones de personas -de los más de cien millones de habitantes del país- estaban llamadas el pasado 20 de diciembre a ejercer su derecho democrático en 75.000 colegios electorales para votar en los comicios presidenciales, legislativos, provinciales y locales.
Sin embargo, se registraron alrededor de 18 millones de votos válidos, lo que supone una participación del 43 %.
Las caóticas elecciones se vieron empañadas por los retrasos y los problemas logísticos, que obligaron a extender las votaciones durante varios días, y la denuncia de irregularidades por parte de la oposición.
En este sentido, la influyente Conferencia Episcopal Nacional (CENCO) congoleña, que supervisó de manera imparcial las elecciones, indicó el pasado jueves que hubo «numerosos casos de irregularidades» que podrían alterar los resultados «en determinados lugares».
La RDC es el mayor país de África subsahariana (casi cinco veces más grande que España) y cuenta con una enorme riqueza mineral (incluidas vastas reservas de cobalto, clave para fabricar baterías de vehículos eléctricos), pero adolece de infraestructuras deficientes en gran parte de su territorio.
Además, más de un centenar de milicias operan en el este del país, que ha visto desde el pasado octubre una nueva escalada de los combates del rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).
Tshisekedi llegó al poder en las elecciones de 2018, criticadas por la oposición y la comunidad internacional, y de las cuales muchos consideran legítimo ganador a Fayulu.
