Dubái, (EFE).- La financiación climática es un grave problema para los países de renta media, demasiado ricos para beneficiarse de la mayoría de programas con este fin y demasiado pobres para asumir los costos de la adaptación y la transformación energética que requiere asumir las consecuencias del cambio climático.
Así lo indicó este sábado, en una entrevista con EFE, el canciller de Costa Rica, Arnoldo André Tinoco, en el marco de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP28) que se celebra en Dubái, a donde el político acudió para subrayar tanto el compromiso de su país con la agenda climática global como para reclamar una reforma de la financiación internacional para que países como el suyo puedan abordar los desafíos de la crisis ambiental.
«Costa Rica reclama a la comunidad internacional por la falta de estructura de financiamiento para países de renta media alta en materia de cambio climático. Esa es un área que requiere mucho mayor desarrollo por cuanto los recursos, por supuesto, siempre son escasos y creemos que se deben considerar nuevas estructuras de financiamiento», afirmó el canciller.
Ingeniería creativa
Ese problema, que afecta a la gran mayoría de países de América Latina que tienen una renta media, enormes desafios ambientales y políticos, «solo puede resolverse con ingeniería financiera creativa».
«(Con los países de América Latina) hay que pensar juntos estructuras nuevas.(…) Por medio de los bancos de desarrollo, que en la región tenemos tres, que son una posible vía con facilidades crediticias blandas a muy largo plazo», sugirió Tinoco.
También apuntó a «desarrollar mejor los mercados de los llamados certificados verdes», que permitan derivar de ahí «sustentabilidad financiera», y actuar «en combinación con el sector privado», ya que en «este esfuerzo de lucha contra el cambio climático todos somos actores importantes».
Sin embargo, el canciller vio complicado que tanto Centroamérica como Sudamérica, pese a ser «una zona privilegiada» para la economía de los bonos verdes y el mercado de carbono, puedan trabajar juntas, dado el contexto de «la poca integración de los mercados financieros latinoamericanos».
«Además está el problema luego de distribuir los recursos a los países, es algo complejo», resumió.
Tinoco sí consideró positivo que en la mesa de la discusión climática el tema de la reforma financiera esté presente y que haya «conciencia internacional» para eso, tanto entre los prestamistas como entre los acreedores.
«En esta COP no vamos a llegar más allá. Pero hemos creado la conciencia de revisión de esquemas. Como países de renta media ya no tenemos acceso a fondos de cooperación y desarrollo. Eso castiga el éxito relativo de un país de renta media cuya medida para recibir ayuda es solo el Producto Interno Bruto, sin considerar otras deficiencias estructurales», comentó.
«Debería haber otros indicadores», dijo.
Bosque tropical
Costa Rica también aboga por poner en valor el bosque tropical y aprovechar cambios en la financiación global para la venta de certificados de secuestro de dióxido de carbono «y que se pague a los que tienen bosques por mantenerlos y darle así un valor económico que antes no tenía».
Tinoco recordó que su país logró revertir la deforestación, con medidas legislativas fuertes, una idea que quiere también trasladar en la COP28, para promocionar el concepto de «paisajes agroforestales libres de deforestación», bajo el que amparar la producción de su país en los mercados internacionales con certificados de «libre deforestación».
Costa Rica, un país que obtiene el 99 % de su energía eléctrica de fuentes renovables, también busca apoyo para poder hacer una transición energética en sus temas de transporte, que suponen «dos tercios» de su consumo energético total.
«El financiamiento para la electrificación y descarbonización de las economías son factores claves donde estamos alzando la voz acá», resumió.
También, y «desde luego», Costa Rica se mostró muy satisfecha con el fondo de pérdidas y daños aprobado al inicio de la COP28, si bien indicó que la financiación prometida «debe ser sostenible en el tiempo», pues los daños causados por el cambio climático «solo van a crecer».
