«Los ciudadanos procedentes de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España y Malasia podrán entrar en China sin necesidad de visado a partir del 1 de diciembre. La Cámara Europea acoge con satisfacción este anuncio, y espera que pronto se agreguen más naciones europeas a esta lista», indicó el organismo en un comunicado.
Según la Cámara, es «positivo» que las autoridades chinas tomen «medidas encaminadas a facilitar los intercambios entre personas».
«Esto es algo tangible y, a la larga, también hace aumentar la confianza empresarial», indica la Cámara.
La medida, de carácter temporal, se implementará desde el 1 de diciembre de 2023 hasta el 30 de noviembre de 2024, indicó ayer la Cancillería china.
Los seis países se unen a Japón, Brunéi y Singapur dentro de la lista de naciones que optan a esta exención de un máximo de 15 días, a la que sigue otro grupo de estados, como Ecuador, que no necesitan visado para un máximo de 30 días, o Bosnia y Herzegovina, Armenia, Albania y San Marino, cuyo límite se marca en 90 jornadas.
China explicó que la decisión tiene el fin de «facilitar los intercambios personales internacionales» y, a su vez, permitir «la apertura de alto nivel al mundo exterior».
Varios expertos aseguran en diferentes medios locales que los procedimientos de solicitud de visado, que consumen mucho tiempo, y el precio de los billetes de avión, son las principales causas de que el turismo extranjero aún no haya alcanzado los niveles previos a la pandemia de covid-19.
En ese sentido, el canciller chino, Wang Yi, expresó el viernes ante su homóloga francesa, Catherine Colonna, su esperanza de que las conexiones aéreas entre China y rancia vuelvan al nivel existente antes de la pandemia de la covid-19.
Por otra parte, el gigante asiático ha dado una serie de pasos para ayudar a los viajeros internacionales en los últimos meses.
Por ejemplo, los omnipresentes servicios de pago electrónico WeChat Pay y Alipay anunciaron en julio que sus sistemas de pago estarán disponibles para los usuarios extranjeros que visiten China, que en muchas ocasiones tienen dificultades para pagar en el país y usar determinados servicios.
China aplicó durante casi tres años una estricta política de ‘cero covid’ que implicaba un cierre casi total de fronteras.
El país comenzó a desmantelar la estrategia a finales de 2022, y el pasado 8 de enero redujo de la categoría A -nivel de máximo peligro- a la B la gestión de la enfermedad, marcando así en la práctica el final de esta política y el fin de las cuarentenas.
