Expertos y afectados por las medidas de última hora, sin embargo, denuncian a ambos lados de la frontera la falta de planes a largo plazo ante unos niveles de contaminación del aire que les roban una media de hasta cinco años de vida.
Nueva Delhi llegó a registrar esta mañana unas concentraciones de partículas PM 2.5, las más dañinas para la salud, de hasta 416 microgramos por metro cúbico de aire, según la compañía suiza IQAir, un nivel de contaminación más de treinta veces superior al límite marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La situación comenzó a empeorar hace una semana, cuando el nivel de partículas PM 2.5 aumentó un 68 % en un solo día, constató a EFE Shambhavi Shukla, del Centro de Ciencia y Medio Ambiente de la India (CSE).
A este aumento de la contaminación, en absoluto inesperado por repetirse cada año con la llegada del invierno, las autoridades delhíes reaccionaron imponiendo una serie progresiva de restricciones.
Estas medidas van desde el cierre de escuelas y la imposición de límites temporales al tráfico de vehículos, al plan todavía no implementado de hacer llover artificialmente en la capital con la esperanza de que caigan los niveles de contaminación.
«Estas acciones no son suficientes para dar respuesta a la crisis actual a la que nos enfrentamos actualmente», lamentó Shukla.
Se han tomado medidas más de fondo a lo largo de los años, pero la contaminación procedente de los vehículos privados no deja de aumentar y, según Shukla, el Gobierno de la capital ha evitado tomar decisiones para reducir su número.
El alza de la contaminación se produce cada invierno por estas fechas, debido a una multitud de factores entre los que se incluye la quema de rastrojos en los estados vecinos a Nueva Delhi, recordó la experta.
Una práctica que ha sido denunciada por las autoridades del vecino Pakistán como responsable en buena parte del pico de contaminación que sufre también la región.
La ciudad de Lahore, en el oeste de Pakistán, volvió a ocupar el puesto de la segunda gran ciudad más contaminada del planeta, solo por detrás de Nueva Delhi, según el índice elaborado por IQAir.
Al igual que en la India, las autoridades han recurrido a decretar el cierre de escuelas y comercios, despertando el descontento entre algunos de los afectados.
«El Gobierno debería centrarse en planes a largo plazo para superar el problema, más que en cerrar negocios que afectan a las vidas de miles de personas», lamentó a EFE el director del mayor sindicato de comerciantes del país, Muhammed Naeem Mir.
Otros, como la activista medioambiental Sara Hayat, aceptaron las medidas como necesarias al recordar que «especialmente los mayores y los niños» se han visto afectados por el alza de enfermedades asociadas con la elevada contaminación.