«Con este borrador cuidamos de que las personas sin derecho de estancia tengan que abandonar más rápidamente nuestro país. Así reforzamos el apoyo social a la acogida de refugiados en Alemania», declaró en una comparecencia en Berlín.
El paquete, que todavía deberá recibir el visto bueno del Parlamento, incluye medidas como la extensión de la detención administrativa de quienes vayan a ser expulsados de 10 a 28 días o la eliminación de la necesidad de informar de antemano de una deportación, para evitar que los afectados se escondan.
También se simplificarán los requisitos legales para expulsar a sospechosos de pertenecer a organizaciones criminales, a traficantes de personas o a individuos que hayan infringido prohibiciones de ingreso o estancia al país.
«Quien no tiene derecho de estancia debe abandonar de nuevo nuestro país. El número de devoluciones este año ya es un 27 % superior al del mismo periodo del año anterior, pero sigue habiendo necesidad de cambios», declaró Faeser.
La ministra reconoció que para implementar estos planes en la práctica será necesario también incrementar los efectivos de los cuerpos de policía regionales -responsables de llevar a cabo las deportaciones- y mejorar las capacidades de las Oficinas de Extranjería.
Por otro lado, señaló que el borrador presentado hoy forma parte de un paquete de medidas «equilibrado» que -en base al acuerdo de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales- tiene como objetivo «hacer posible la migración legal sin que la gente muera en el Mediterráneo, pero mucho más ordenada y dirigida», según dijo.
Faeser se refirió además a los acuerdos de repatriación que Alemania está negociando con diversos países y que constituyen una de las claves de la política migratoria bosquejada por el canciller, Olaf Scholz.
En este sentido, recordó que la semana que viene viajará a Marruecos para abordar este mismo tema y que al mismo tiempo se están manteniendo conversaciones con Moldavia, Uzbekistán, Kirguizistán, Kenia, y Colombia.
