Cracovia (Polonia), (EFE).- Los programas electorales de los principales partidos que concurren a las elecciones de Polonia de mañana domingo ponen de manifiesto diferencias fundamentales que rebasan la ideología y plantean modelos sociales radicalmente opuestos.
Bajo el lema «un futuro seguro para los polacos», la coalición gobernante de Derecha Unida, encabezada por el ultraconservador Ley y Justicia (PiS), propone ampliar el «paraguas» social que, en forma de subsidios y exenciones tributarias, sirvió para auparles al poder en 2015.
En vez de invertir en mecanismos estatales de inclusión social o de redistribución de la riqueza, el PiS prefiere recurrir a pagas mensuales por hijos a cargo, cheques escolares o bonos para vacaciones.
Durante la campaña electoral, ha prometido el incremento de esas medidas y otras nuevas, como medicamentos gratis para pensionistas y menores, para mantener su combinación de conservadurismo político y subvención económica.
De renovar su mandato, el PiS vería refrendada su postura sobre la prohibición casi total del aborto y la identificación con los valores más tradicionales de la Iglesia, incluidos los ataques contra las minorías sexuales.
Otro pilar de su programa es afianzar el centralismo, en parte porque el PiS no gobierna en ninguna de las principales ciudades del país, y en parte porque se ajusta mejor a los planes proteccionistas de su política de «repolonización», o nacionalización de empresas de valor estratégico y potenciación de las compañías públicas.
La oposición a los planes migratorios de Bruselas y el rechazo a los supuestos planes de «federalización», junto a los escasos avances proyectados para reparar la situación del Estado de Derecho en Polonia, redoblarían las tensiones con la Unión Europea en caso de victoria conservadora, afianzando su posición como abanderada de los países euroescépticos.
La política exterior, bajo las riendas del PiS, primaría las relaciones de seguridad con Estados Unidos por encima de sus socios europeos y ampliaría los planes ya en marcha de ampliación de las Fuerzas Armadas y de militarización de la sociedad, con programas para doblar el número de soldados y adiestrar a civiles.
La oposición promete reconstruir el Estado de Derecho
El principal partido de la oposición, Plataforma Cívica (PO), no presenta una propuesta consistente en todos los temas que preocupan a los polacos, y su programa se limita a corregir y aumentar algunas de las promesas del actual Gobierno.
Por ejemplo, entre los «100 puntos para los primeros 100 días» de su posible gobierno, PO contempla mantener las ayudas a la natalidad, así como la mayoría de los subsidios ya vigentes.
Promete permitir el aborto hasta la semana 12 del embarazo y cubrir la fecundación in vitro con la Seguridad Social, además de generosas medidas de conciliación familiar y reinserción laboral para las madres.
La apertura de los comercios en domingo, incrementos salariales y de las pensiones de viudedad, junto a un paquete de ayudas a la compra o alquiler de la vivienda para los jóvenes y una subida en los salarios de los funcionarios públicos conforman las propuestas sociales del partido de Donald Tusk.
Una de sus principales promesas es la reconstrucción del Estado de Derecho, con la derogación de la polémica reforma judicial que ha enfangado las relaciones con Bruselas, y la apertura de un nuevo capítulo de cooperación que favorezca la posición de Polonia como un socio confiable y capaz de contribuir al proyecto europeo.
Por otra parte, en un momento en que las relaciones con la vecina Ucrania se han vuelto gélidas, el PO no ha aclarado si levantaría el embargo de las importaciones ucranianas y se ha limitado a señalar el perjuicio a la imagen del país que han acarreado las disputas con Kiev.
El resto de los partidos, al carecer de perspectivas reales de formar su propio Gobierno, pueden permitirse programas más atrevidos, como los ultranacionalistas de Confederación, que proponen sustituir a todos los funcionarios posibles por inteligencia artificial y permitir «dejar toda la huella de carbono que se pueda» a los ciudadanos.
Por su parte, Izquierda defiende la separación total entre Iglesia y Estado, medidas a favor del medio ambiente y contra el uso del transporte privado y que las ayudas sociales estén sujetas a la renta, en vez de otorgarse automáticamente.
