Barcelona, El Barça afrontará este martes en el WiZink Center de Madrid (21:00 horas) la primera oportunidad para proclamarse campeón de la Liga Endesa, después de ganar los dos primeros partidos de la final al Real Madrid en el Palau Blaugrana (97-88 y 86-85).
Proteger el factor pista y situar el 2-0 en la eliminatoria no ha sido nada sencillo, pues ambos fueron encuentros disputados de poder a poder, con un tremendo desgaste físico y mental, que no se decidieron hasta el último cuarto por pequeños detalles.
Este domingo, en el segundo asalto (86-85), el Barça exhibió el carácter, la sangre fría y el acierto en los tiros libres que le había faltado en clásicos anteriores para remontar una desventaja de seis puntos a falta de dos minutos y medio para el final, y neutralizó así la irrupción de Sergio Llull (12 puntos en el último cuarto).
Resultó determinante el liderazgo de Nikola Mirotic, decidido a despedirse del club catalán con un título. En el que pudo ser su último partido en el Palau, el ala-pívot firmó 25 puntos y fue protagonista en el tramo final. La motivación del hispano-montenegrino en este último baile será un factor a considerar.
Por otra parte, el Barça supo limitar la influencia de Walter Tavares, el pívot más dominante de Europa. En ataque, la movilidad azulgrana buscó sacarlo de posición y le castigó con el rango de tiro de Sanli y Vesely. En defensa, se multiplicaron los esfuerzos para que no recibiera o le costara levantarse en el poste. Además, el caboverdiano es un jugador con tendencia a cargarse de faltas.
De hecho, es en el apartado de los intangibles (concentración, entrega, carácter, toma de decisiones) donde el cuadro catalán está respondiendo mejor ante un rival que le exige el máximo en todo momento. Una labor coral en la que destaca el trabajo sucio de piezas como Álex Abrines, Nikola Kalinic y Tomas Satoransky.
Esta consistencia se ve reflejada en guarismos como el rebote. El Barça ganó esta batalla en el primer duelo (31 a 26) y casi la igualó en el segundo (24 a 25).
Otro apartado a subrayar son las pérdidas: 5 en el primer partido, por 12 del Madrid, y 11 en el segundo (7 en el último cuarto, cuando el equipo casi descarrila), por 15 del equipo blanco.
Mantener el listón en estos aspectos será decisivo para que el conjunto catalán, que sólo cuenta con la baja de Cory Higgins por lesión, pueda marcar el tempo del partido y atacar de forma ordenada, algo que le ha permitido promediar un 57% en tiros de dos puntos y un 44% en triples en la final. Por último, el cuadro entrenado por Sarunas Jasikevicius se encuentra en una situación privilegiada, puesto que ningún equipo ha dejado escapar el título de la ACB tras situarse 2-0 en la final. En 16 precedentes, nueve terminaron en 3-0, cuatro en 3-1 y tres en 3-2.
