Buenos Aires, Hace casi una década que el cantante español Dyango anunció que se retiraba de los escenarios. Pero el problema de salud por el que lo hizo se esfumó: hoy, a los 83 años, y con su hijo Marcos y su joven nieto Axel, emprende una gira por Latinoamérica para volver a enternecer, esta vez en familia, a un apasionado público que, lejos de olvidarle, le idolatra.
«Me retiré porque estaba mal de la espalda. No me retiré de la música, que la amo con todo mi corazón, pero sí de los viajes enormes aquí y allá. Hasta que un médico dijo, ‘ven aquí’, y me curó. Y yo me había despedido de todo el mundo. Y después tuve que decir… ‘¡mentira!’, ¿cómo les digo ahora que aún no me he ido, que me voy dentro de varios años?», cuenta el intérprete, uno de los más emblemáticos de la música romántica en español de las últimas décadas, en una charla con EFE en Buenos Aires. Junto a él, entre risas, Marcos Llunas revela: «Alguno me ha hecho esa broma y me ha dicho… ‘tu papá lleva retirándose tiempo ya'».
«QUE LO DISFRUTÁRAMOS LOS TRES»
El hijo de Dyango es el impulsor de «3 generaciones, un corazón», la minigira con la que ha convencido al patriarca de seguir aparcando la idea del retiro y cruzar -una vez más- el océano para vivir una experiencia que ni ellos ni Axel, de 14 años e hijo pequeño de Marcos, olvidarán jamás.
«Creo que era algo muy bonito para que la gente que ha seguido a mi papá y también a mí, y en este momento ya también a Axel, nos viera una vez en vivo, que lo disfrutáramos los tres, que nos acordáramos toda la vida», destaca Llunas (Madrid, 1971).
Comenzaron en Paraguay el 12 de mayo, hicieron dos conciertos en Chile -donde volverán la semana próxima para culminar la gira- y, ya en Argentina, actuaron en Córdoba el sábado y este miércoles lo harán en el estadio Luna Park de Buenos Aires, antes de marcharse a Lima, donde estarán el 26.
Dyango (Barcelona, 1940), con alrededor de 60 años de trayectoria y cuatro hijos en total -entre ellos Jordi, otro cantante- reconoce agradecido que en América se le ha querido «demasiado» y destaca a Argentina, primer país que le dio un disco de oro y cuyos tangos tanto ha cantado: «Llegué en el 68. Y solamente he fallado viniendo aquí por la pandemia, nada más», señala.
De momento, el tour, donde los tres cantan temas juntos y por separado, no tendrá más fechas. Dyango, cuyo nombre real es José Gómez Romero, ya no tiene ganas de largas giras, y Axel -que junto a su hermano Izan, de 17 años, cobró gran popularidad al participar de la serie de Netflix sobre el cantante Luis Miguel- deberá volver al colegio.
«Estar con mi abuelo no es fácil, no es moco de pavo, como dice él, porque al ser un artista tan grande… Pues la gente le ama y él tiene mucha experiencia, y cuando yo hago algo mal, siempre está detrás mío diciendo cualquier cosa», señala Axel con simpatía.
«A ver quién tiene un maestro así», le dice su padre en referencia a Dyango.
Hasta ahora, Axel nunca había visto un concierto de su abuelo: «Y ahora le he visto cantar y ya veo lo grande que es», agrega con su voz aún infantil y sin dudar en lanzarse en plena entrevista a cantar con padre y abuelo emblemáticos temas de Dyango como «Por volverte a ver» y «Corazón mágico».
LA «TERNURA» DE LA MÚSICA
Sobre cómo se siente al verlos cantando, el abuelo es tajante: «Una especie de ternura tremenda. El papá, cómo se esfuerza para que siga él (Axel) adelante, y el otro cantando lo que puede cantar, porque un niño de 14 años ¿es difícil, no?».
«Pero lo va a hacer mejor que tú con el tiempo», lanza Marcos.
«Ojalá Dios lo oiga», le responde el padre.
En 2023 se cumplen 30 años del debut discográfico de Llunas, al que siguieron varios trabajos más y éxitos como el pegadizo «Reina de las diosas», sin olvidar su paso como jurado en concursos televisivos y como participante en importantes festivales.
«Gané la OTI (en 1995), quedé sexto en Eurovisión (1997), mi papá ganó Benidorm (1976) y quedó segundo en la OTI (1980)», recuerda.
Su hijo Izan busca hacerse su camino musical tras la enorme exposición que supuso encarnar a Luis Miguel de pequeño. Y Axel no apunta menos fuerte: «Tiene un par de cojones para salir al escenario, esté o no esté su abuelo o su papá, él sale, canta y que les den morcilla», sentencia Dyango.