Naciones Unidas, La ONU mostró este martes su preocupación por el bombardeo registrado este lunes en el Aeropuerto Internacional de Alepo, del que Siria ha acusado a Israel, y recordó que cualquier ataque contra objetivos civiles está prohibido por la ley internacional.
Según las autoridades sirias, el aeródromo -en el que estaban aterrizando aviones con ayuda internacional para los afectados por los recientes terremotos- quedó fuera de servicio como consecuencia de un ataque con misiles.
Preguntado este martes al respecto, el portavoz de Naciones Unidas Farhan Haq dijo que el secretario general, António Guterres, está preocupado por las informaciones y recuerda a todas las partes que «dirigir ataques contra civiles e infraestructura civil está estrictamente prohibido bajo la ley humanitaria internacional». «El acceso humanitario en Siria, especialmente tras los devastadores terremotos, debe ser protegido y ampliado, no amenazado», insistió Haq.
El portavoz advirtió además que «cualquier error de cálculo podría llevar a un conflicto más amplio en una región ya volátil», por lo que instó a todas las partes a ejercer calma y evitar una mayor escalada. La provincia noroeste de Alepo ha sido una de las más golpeadas por los terremotos del pasado 6 de febrero y el aeródromo que sirve a su capital homónima recibía parte de la asistencia humanitaria enviada por la comunidad internacional.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, confirmó la acción israelí en un comunicado y recordó que el Aeropuerto Internacional de Alepo había sido objeto de otro ataque con misiles el pasado septiembre. En aquella ocasión, el impacto causó importantes daños materiales y obligó a suspender el tráfico aéreo de forma temporal, según la nota.
El de esta madrugada es el cuarto ataque de este tipo lanzado por las fuerzas israelíes en lo que va de año, pues el Estado judío suele atacar el territorio sirio de forma relativamente frecuente al considerar una amenaza para su seguridad la presencia allí de grupos armados libaneses e iraníes aliados de Damasco.
