Argel,.- Los líderes árabes alinearon este miércoles posiciones en la centralidad de la causa palestina, en la necesidad de promover y modernizar una acción árabe conjunta y en la seguridad nacional, en su perspectiva económica y alimentaria, al término de la cumbre de la Liga Árabe que se celebró este martes y miércoles en Argelia.
En la llamada «Declaración de Argel» destacan los aspectos económicos, como la creación de una zona de libre comercio árabe y una unión aduanera y consensos de principios en las cuestiones políticas, para superar las divergencias y la actual división regional e internacional.
La 31 cumbre de la Liga Árabe, de la que forman parte 22 países, se celebró bajo el lema de «Reunificación» después de tres años por la crisis sanitaria, con el objetivo fue avanzar en los mecanismos para institucionalizar una mayor coordinación hasta el próximo encuentro de esta organización, que tendrá lugar en Arabia Saudí, anunció hoy el embajador ante las Naciones Unidas, Nadir Larbaoui.
El primer punto del documento, en la primera cumbre que se celebra desde los llamados Acuerdos de Abraham por los que países árabes normalizaron relaciones con Israel, recoge la «centralidad» de la causa palestina y el apoyo absoluto a los derechos inalienables del pueblo palestino a la autodeterminación, en apoyo a la solución de dos estados y a la Iniciativa Árabe de 2002.
Otro de los consensos, sin apenas discusión aprobado en el documento final, recayó en redoblar los esfuerzos para «encarnar el proyecto de integración económica árabe de acuerdo con una visión integral con el objetivo de activar plenamente la Gran Zona Árabe de Libre Comercio en preparación para la creación de la Unión Aduanera Árabe».
La seguridad nacional árabe fue abordada en esta cumbre desde un concepto integral y en todas sus dimensiones tanto políticas como económicas, alimentarias, energéticas, hídricas y ambientales.
Las crisis de Libia, Yemen y Siria -ante la que los países árabes mantienen diferentes posiciones políticas- tuvieron un aspecto destacado en las sesiones, en las que se apeló a la urgencia de terminarlas.
«Los países árabes desempeñan un papel de liderazgo colectivo para contribuir a los esfuerzos por alcanzar una solución política a la crisis siria (…) y expresando la aspiración de que el Líbano implemente las reformas requeridas y que el Parlamento elija un nuevo presidente para el país», añadió.
El documento pide explícitamente el fin de todas las formas de injerencia extranjera en los asuntos internos de los países árabes y adhesión al principio de las soluciones árabes a los problemas árabes mediante el fortalecimiento del papel de la Liga en la prevención y solución de crisis por medios pacíficos.
«Expresando plena solidaridad con el pueblo libio y apoyando los esfuerzos destinados a poner fin a la crisis libia a través de una solución» interna, recoge el documento final, al tiempo que en Yemen destaca el «apoyo al Gobierno» y a los esfuerzos «de acuerdo con las referencias aprobadas».
Los líderes reconocieron que la escalada de tensiones en el ámbito internacional «pone de manifiesto más que nunca los desequilibrios» y optaron por la necesidad de no alineamiento sobre la guerra en Ucrania.
Asimismo, valoraron la política equilibrada seguida por la alianza OPEP+ para asegurar la estabilidad de los mercados energéticos globales y la sostenibilidad de las inversiones en este sensible sector dentro de un enfoque económico que garantice la protección de los intereses de los países productores y consumidores por igual.
