Bangkok,- La junta militar birmana ha sometido a la población civil de dos estados del este del país a castigos colectivos a través de ataques aéreos y terrestres, que han dejado cientos de muertes, mientras refuerza su despliegue en el oeste, denuncian este miércoles oenegés.
El Ejército, que se ha topado con el rechazo de la población al golpe de Estado de febrero de 2021, intensificó entre el pasado diciembre y marzo su campaña de hostigamiento sobre la población de los estados orientales de Kayin (también conocido como Karen) y Kayah (Karenni), según Amnistía Internacional (AI).
En un informe titulado «Balas lloviendo del cielo: crímenes de guerra y desplazamientos en el este de Birmania», la oenegé denuncia que durante este tiempo los militares han asesinado a cientos de civiles y provocado el desplazamiento de más de 150.000 personas.
«La atención del mundo se ha alejado de Birmania desde el golpe de Estado del año pasado, pero los civiles continúan pagando un alto precio. Los continuos ataques militares contra civiles en el este de Birmania han sido generalizados y sistemáticos, y probablemente constituyan crímenes de lesa humanidad”, apunta en un comunicado Rawya Rageh, investigador de AI.
Las Fuerzas Armadas birmanas, cuya fama de crueldad es previa a la asonada, han realizado ataques indiscriminados contra zonas civiles mediante aviones y helicópteros de combate y el uso de artillería y morteros.
Varios de estos ataques tenían como objetivo impactar en poblaciones, donde han destruido casas, escuelas, centros sanitarios y edificios religiosos, y contra campos de desplazados internos, relatan testigos a AI.
Desde la sublevación militar, Birmania se encuentra sumida en una profunda crisis política, social y económica que desencadenó una espiral de violencia con el surgimiento de nuevas milicias civiles, exacerbando la guerra de guerrillas que vive el país desde su independencia.
En Kayin y Kayah actúan desde hace décadas grupos étnicos armados como el Ejército de Liberación Nacional Karen y la Fuerza de Defensa de las Nacionalidades Karenni, que apoyan a la milicia Fuerza de Defensa del Pueblo, creada tras el golpe por parte del bando derrocado.
“Deberían sonar las alarmas: los asesinatos, saqueos e incendios en curso tienen todas las características de táctica de castigo colectivo, que ha utilizado repetidamente (el Ejército) contra las minorías étnicas en todo el país”, subraya Rageh.
OFENSIVA EN EL OESTE
Los saqueos y la quema de poblaciones documentados por AI en el este del país, coinciden con el patrón de ocupación y robos por parte de los militares registrados recientemente en el estado Rakáin (Arakán), donde operan los rebeldes Ejército Arakán (AA).
Durante más de un año, esta región occidental se ha diferenciado del resto del país por la calma conferida a raíz del alto el fuego informal entre la guerrilla y el Ejército, apunta este miércoles la oenegé Crisis Group.
Sin embargo, el reciente movimiento de efectivos en algunas poblaciones de esta región ha provocado los primeros roces y amenaza con reabrir un nuevo frente de conflicto, apunta el informe titulado «Evitar el regreso a la guerra en el estado de Rakaín», de esta organización de análisis de conflictos.
«Recientemente, (el Ejército) ha adoptado tácticas más agresivas, colocando bloqueos de carreteras y registros de vehículos, reforzando las tropas, aumentando las patrullas y deteniendo a personas sospechosas de apoyar al AA», apunta el documento.
