Lima,- El presidente peruano, Pedro Castillo, se desplegó este jueves para apaciguar la crisis política que vive su país, con una reunión del consejo de ministros en el epicentro de las protestas de camioneros y el decreto de un estado de emergencia para las carreteras, mientras que sus simpatizantes tomaron las calles de Lima.
La jornada la comenzó Castillo con una reunión abierta del consejo de ministros en la ciudad de Huancayo, que la semana pasada fue el centro de las protestas por el paro camionero que hoy cumple diez días.
Allí, con un tono conciliador, se disculpó por unas declaraciones previas que incendiaron a los transportistas por afirmar que «algunos dirigentes y cabecillas» habían sido pagados para realizar el paro y alentó a la población a salir a las calles a protestar de forma pacífica.
«Quiero expresar mis sinceras disculpas a esta tierra huanca y al Perú si en algún momento ha habido alguna expresión malentendida», sostuvo el mandatario.
Ante las peticiones de los manifestantes, que inicialmente reclamaban por el aumento de los carburantes y que, al extenderse a otros ámbitos de la sociedad, protestaron por la subida de precios, también se comprometió a presentar un proyecto de ley que establezca la prohibición de los monopolios, el acaparamiento, la especulación y la concertación de precios.
En un orden parecido, anunció que el Ejecutivo trabajará en otra iniciativa legislativa orientada a la reducción del sueldo de los altos funcionarios del Estado.
ESTADO DE EMERGENCIA EN CARRETERAS
Poco antes, el Gobierno había declarado el estado de emergencia en la Red Vial Nacional durante 30 días y restringió derechos constitucionales como el libre tránsito por las carreteras.
La medida fue anunciada en un decreto publicado en el diario oficial El Peruano, que detalló que «la Policía Nacional del Perú mantiene el control del orden interno, con el apoyo de las Fuerzas Armadas» en las zonas en emergencia.
El decreto precisa que la intervención de los agentes y las Fuerzas Armadas se efectúa conforme a las leyes que regulan «el empleo y uso de la fuerza» en el territorio nacional.
Pese a que la declaración pasó desapercibida, miembros del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación de Perú (Sutep) y de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) marcharon pacíficamente por las calles del centro de Lima en respaldo al Gobierno.
La calma de la protesta contrastó con la violencia del pasado martes, cuando Castillo decretó un toque de queda en la capital y la vecina provincia de Callao en respuesta al paro transportista que prácticamente no había tenido eco en Lima.
Aquella manifestación concluyó en violentos enfrentamientos y el ataque a una sede del Poder Judicial.
En esta ocasión, el secretario general de la CGTP, Gerónimo López Sevillano, explicó a Efe que salieron a las calles para defender que Castillo «fue elegido democráticamente» al «encarnar los sentimientos del pueblo peruano» que ha «sufrido 30 años de poder económico neoliberal».
«Hay una derecha fascista, cavernaria, que no deja al Gobierno gobernar para hacer esos cambios, por eso el día de hoy vamos al Congreso para repudiar a esos partidos que solamente se dedican a obstruir al Ejecutivo y no implementan ningún cambio», aseveró.
Por su parte, el secretario general del Sutep, Lucio Castro Chipana, recordó que apoyó a Castillo en su candidatura a presidente porque estaba convencido de que «un maestro iba a entender y priorizar a ese sector».
«Nosotros hoy nos movilizamos para advertirle y decirle que, si no rectifica y retoma el camino de alianza con los trabajadores y atención a sus compromisos, lo que va a venirse próximamente es la exigencia de la renuncia», advirtió, no obstante.
LA NOTA DISCORDANTE
El primer ministro, Aníbal Torres, puso la nota discordante de la jornada con un elogio a Adolf Hitler, de quien destacó que convirtió a Alemania «en la primera potencia económica del mundo» al desarrollar las vías de comunicación e infraestructura en su país.
«Italia, Alemania, eran igual que nosotros, pero en una oportunidad Adolfo Hitler visita el norte de Italia, y Mussolini le muestra una autopista construida desde Milán a Brescia. Hitler vio eso, fue a su país y lo llenó de autopistas, de aeropuertos, y convirtió a Alemania en la primera potencia económica del mundo», señaló.
Sus palabras desataron una ola de indignación que encabezó la Embajada de Alemania en Perú.
«Adolfo Hitler fue un dictador fascista y genocida, en cuyo nombre se llevó a cabo desde Alemania la peor guerra de todos los tiempos y se cometió un genocidio de seis millones de judíos. Frente a este escenario, Hitler no es el referente adecuado como ejemplo de ningún tipo», recordó la misión diplomática en un comunicado.
La Embajada de Israel se sumó y lamentó que «el discurso político peruano incluya a referentes como Hitler y Mussolini como ejemplo de prosperidad».
«Regímenes de muerte y terror no pueden ser una muestra de progreso. Hitler fue responsable de la muerte de 6 millones de judíos, elogiarlo es una ofensa para las víctimas de esa tragedia mundial», destacó en Twitter.