Santo Domingo, (EFE).- Un museo con figuras humanas de cera en tamaño real que recrea la vida y obra de Juan Pablo Duarte, es el más reciente homenaje de República Dominicana a su padre fundador, quien destinó todos los recursos de su acomodada familia en favor de la Independencia alcanzada en 1844.
El Museo Casa de Cera, el primero de su tipo en el país, fue habilitado en la vivienda materna del prócer en la calle Isabel La Católica de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.
La figura de Duarte es reconocida por haber ideado e impulsado el proyecto de liberación de la parte oriental de la isla de Santo Domingo que desde 1822 ocupaba Haití.
Los biógrafos del patricio no dudan en destacar el sacrificio que supuso para él y su familia destinar todos sus recursos económicos en aras del proyecto independentista, sufrir el destierro y finalmente morir olvidado en pésimas condiciones en Venezuela.
«Esta casa museo de cera será una motivación para los dominicanos, si logramos que los ideales de Duarte calen aún más. Algún día esta patria será justa y feliz como él la soñó», dijo a Efe el presidente del Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón, gestor del nuevo espacio.
En el museo se pueden apreciar figuras en cera del líder independentista, así como de sus familiares y de los ocho compañeros fundadores de la sociedad secreta «La Trinitaria», que sirvió de palanca a los planes de separación.
No faltan, asimismo, el proyecto de constitución de la República escrito por Duarte y la rendición de cuentas que emitiera luego de cumplir una misión militar en la ciudad de Baní (sur), para la cual se le entregaron 1.000 pesos y devolvió 827 con su correspondiente relación de gastos.
Otros «tesoros nacionales», como gusta llamar Pérez Saviñón a varias de las piezas del museo, lo constituyen un anillo que el patricio regaló a una de sus novias, hebras de su pelo, así como un manual que enseñaba el uso de piezas de infantería, artillería y caballería.
Al interior del museo también se pueden observar 13 dioramas, el mobiliario de estilo victoriano original de la época o una réplica de cómo lucía el interior la morada de la familia Duarte-Díez.
El lugar también habilitó un espacio para la presentación de obras de teatro, arte que Duarte utilizó al principio de sus planes para enviar su mensaje de liberación.
Sin embargo, para 1843 la acción de los trinitarios había sido descubierta y Duarte debió salir del país perseguido por los haitianos, lo que dejó la lucha en manos de sus compañeros, principalmente en los otros dos padres fundadores de la República: Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.
El propósito que durante décadas ha difundido el Instituto Duartiano es que los dominicanos vean en el «padre de la patria» el ejemplo de hombre educado, honesto y trabajador, que fue capaz de asumir la «titánica» tarea de crear una República y luchar contra aquellos que no creían en su independencia.
«Desde pequeña edad fue una persona estudiosa y persistente. Duarte utilizaba un área del almacén de su padre para enseñar a leer y escribir a muchos; fue siempre laborioso y persistente», refirió Pérez Saviñón, quien lamenta que hoy muchos en el país tengan a «sinvergüenzas» como líderes a seguir.
Para este historiador es «muy importante» que sean los profesores de la enseñanza primaria y secundaria los que se conviertan en multiplicadores «efectivos» del legado del fundador de la nacionalidad dominicana, acudiendo al museo de cera para empaparse plenamente de la entrega de Duarte en favor de la causa independentista.
«El país necesita de la educación, formación y motivación que hombres como Duarte y Sánchez manifestaron aún en las peores condiciones (…) es un asunto de ideales no de intereses; rescatemos a esos héroes y rescataremos el país», sentencia Pérez Saviñón.
El prócer dominicano murió el 15 de julio de 1876, en Caracas, y sus restos fueron traídos al país seis años después. EFE
