Redacción Iternacional-Rusia.-Recordamos al astronauta Yuri Alexeivitch Gagarin.
Hace 55 años, y cuando el mundo era otro mundo Gagarin se convirtió en cambio en el primer hombre en orbitar la Tierra, en salir de la atmósfera, en adentrarse en una inmensidad todavía no develada. Fue el primer hombre en el espacio, el pionero espacial.
Su viaje duró 108 minutos: sólo una órbita a la Tierra. Gagarin, que era un joven de 27 años recién cumplidos, casado y con dos hijas, mayor de la fuerza aérea de la entonces Unión Soviética, tripuló, como único piloto y tripulante, la nave espacial Vostok 1, subió 302 kilómetros de altura a una velocidad de 20 mil kilómetros por hora y dejó atrás la gravedad de la Tierra, en un cachivache con una consola inferior a la de un videojuego y menos memoria en su cabina de mandos que la que tiene hoy el celular de todos los días.
Al llegar a la Tierra sano y salvo, obró como lo que se suponía era un buen comunista. Dijo: Informen al partido, al Gobierno y personalmente a Khruschev que el aterrizaje del navío cósmico en el que me encontraba se efectuó normalmente”. Después fue menos formal y más preciso: “El cielo es totalmente oscuro y la Tierra tiene un color azul muy claro.
Había empezado una nueva era en el mundo. El periodista anónimo que tituló la portada de Clarín del 13 de abril, lo puso con esas palabras 12-IV-1961: Comienza una nueva Era.
El Hombre Invade el Espacio. Era sólo una muestra del júbilo mundial que desató la hazaña.
El Khruschev al que quería Gagarin que le informaran de su aterrizaje, era el líder del comunismo mundial y estaba enfrascado en derrotar a EEUU en la carrera espacial que apenas había empezado y que no tuvo como origen.
URSS aventajaba entonces a EEUU. En 1957 había lanzado el primer satélite, Sputnik, y en noviembre de ese año otra nave tripulada por una perrita, Laika, que murió al llegar a Tierra: la primera mártir del espacio.
La hazaña de Gagarin hizo que EEUU impulsara a la NASA por la conquista del espacio. El entonces presidente John Kennedy anunció en septiembre de 1962 la decisión de su gobierno de enviar un hombre a la Luna antes del final de esa década fantástica que fueron los 60.
Para Gagarin fue toda la gloria. Fue ascendido, condecorado y declarado Héroe de la Unión Soviética”, lo alabaron los políticos, le cantaron los poetas, el Vaticano dijo de su aventura: Un momento memorable, viajó por todo el mundo para promocionar su hazaña y a la URSS, escribió un libro, Veo la Tierra y, fugaz como su viaje al espacio.
Gagarin murio en un accidente el 27 de marzo de 1968, a los 34 años, cuando pilotaba un MiG-15UTI que se estrelló en Novosyolovo, cerca de Moscú. Sus cenizas descansan en las murallas del Kremlin.
Yuri Gagarin nació en 1934 en Gzhatsk (hoy Gagarin), en la provincia de Smolensk (Rusia).
En 1955, a los 21 años, Gagarin entró en el servicio militar del Ejército de su país y ingresó en la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo.
Al ponerse el uniforme de piloto, cuentan que Yuri entendió que toda su vida estaría vinculada con el cielo.
Cuatro años después, el piloto de caza Yuri Gagarin fue incluido en el grupo de candidatos a cosmonauta, superando todas las pruebas y en 1960 entró en el grupo e inició los entrenamientos.
Serguéi Koroliov, lo eligió para protagonizar un episodio histórico por su experiencia como piloto de caza a reacción.
Eran necesarios candidatos profesionales, sanos y disciplinados, que tuvieran unos 30 años, no midieran más de 1’70 metros y pesaran entre 68, 70 Kg.
Gagarin era el candidato ideal que finalmente fue aprobado para realizar el primer vuelo del hombre al espacio y cambiar la historia universal.
En todos los tiempos y épocas la máxima felicidad de la gente fue participar en nuevos descubrimientos. Toda mi vida me parece un momento maravilloso.
Las señales de radio de la nave espacial fueron capturadas por los observadores de la estación radar de EEUU Shemya, situada en las islas Aleutianas.
Varios minutos más tarde, al Pentágono se le envió un mensaje. Al recibirlo, el empleado de turno de noche llamó a casa del doctor Jerome Wiesner, asesor de ciencia superior del presidente John F. Kennedy, para informarle de que la URSS habían adelantado a los EEUU.
Gagarin se sometió a una sobrecarga entre 8 y 10 veces mayor de la normal a la hora de descender pero estaba preparado para superarla.
Lo complicado fue combatir el estrés psicológico porque la temperatura exterior durante el descenso puede alcanzar los 5.000ºC.
Cuando se encontraba a una altitud de 7 kilómetros, Gagarin se catapultó.
Gracias a un buen entrenamiento previo al vuelo, pudo realizar unas maniobras y aterrizó a dos kilómetros del río Volga sin caer en sus aguas heladas.
Se discernían claramente sierras y grandes lagos. Incluso se veían campos. La vista más hermosa fue el horizonte: una banda pintada por todos los colores del arco iris que separaba la Tierra del cielo negro bajo la luz de los rayos del Sol. Se veía el abultamiento, la redondez de la Tierra. Parecía que toda ella estuviera ceñida por una aureola color azul claro, que a través del turquesa, el azul y el morado pasara al negro» .
Así percibió la Tierra el primer ser humano en el espacio. El 12 de abril de 1961 cambió para siempre la historia de la exploración espacial, marcando un antes y un después
