Río de Janeiro, (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se ganó en la cumbre de Río de Janeiro a un Mercosur escorado a la derecha con gestos políticos, un aviso a Venezuela y un plan de infraestructuras para conectar Suramérica, antes de la llegada del líder ultra argentino Javier Milei al bloque.
Lula, referencia de la izquierda de América Latina, salvó con pragmatismo una cita semestral que se anticipaba deslucida, por el último varapalo en las negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE), y que terminó con alguna victoria.
En Río, los socios fundadores del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) incorporaron a un quinto miembro, Bolivia, firmaron un tratado comercial con Singapur -el primero desde 2011- y, dentro de sus diferencias, recuperaron cierto espíritu de integración.
Uruguay vuelve a firmar con el Mercosur
La primera prueba material es que Uruguay firmó la declaración conjunta del Mercosur por primera vez desde 2020.
El país gobernado por Luis Lacalle Pou (centroderecha) llevaba seis cumbres sin estampar su firma en el comunicado final, según fuentes diplomáticas brasileñas.
Por otro lado, el discurso del jefe de Estado uruguayo no fue tan pesimista con el futuro del Mercado Común del Sur (Mercosur) como en otras ocasiones y hasta elogió a Lula.
Le reconoció «el gran trabajo» en la conducción de las negociaciones con la UE en estos últimos seis meses, en los que Brasil ocupó la presidencia rotativa, y después destacó que es un hombre de «palabra» al sacar del papel tres viejas demandas en materia bilateral.
Y ahí mencionó la reinauguración del aeropuerto de Rivera y las licitaciones para la hidrovía Uruguay-Brasil y la construcción de un segundo puente fronterizo sobre el río Yaguarón.
«Creo que el Mercosur, en algún término, está modernizándose y creo que hay un proceso de modernización en las relaciones bilaterales», valoró Lacalle Pou.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, que se estrenaba en una cumbre de presidentes del grupo, lamentó en su intervención que «el Mercosur ha encontrado numerosos obstáculos en su camino a la integración verdadera».
Y el Brasil de Lula respondió con un ambicioso proyecto para la construcción de cinco rutas estratégicas que conectarán varias de las zonas más remotas de Suramérica.
El Gobierno brasileño ha conseguido 10.000 millones de dólares en financiación de los principales bancos de fomento regionales.
Una de esas rutas fue bautizada como ‘Capricornio’, que por río y carretera, unirá el sur y centro-oeste de Brasil con Paraguay, Argentina y Chile.
«El comercio es muy complicado en el Mercosur y la integración física es una cuestión fundamental. Si efectivamente se emplea todo ese dinero, será una buena noticia», indicó a EFE Lia Valls, miembro senior del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri).
Lula y Peña acudieron a la presentación de ese plan y en él dejaron ver que entre ellos existe una enorme complicidad: risas, abrazos y buena sintonía pese a sus diferencias ideológicas.
El mandatario brasileño, que maneja los tiempos y los gestos políticos como pocos a sus 78 años, también felicitó a Peña por la reciente operación conjunta contra el tráfico de armas en Suramérica.
Suya fue además la iniciativa de una declaración conjunta sobre las crecientes tensiones entre Venezuela y Guyana por el dominio de la región del Esequibo, que reclama Caracas desde hace más de un siglo.
«No queremos guerras aquí en América del Sur», sentenció Lula.
Sin embargo, Valls, también investigadora asociada de la Fundación brasileña Getúlio Vargas (FGV), cree que esa nota, que advertía sobre el peligro de «acciones unilaterales», «tendría que haber sido más enfática a la hora de condenar a Venezuela y a Nicolás Maduro».
La incógnita Milei
Política, infraestructuras y juego de cintura: así se metió en el bolsillo Lula a Paraguay y Uruguay, los dos socios de una unión aduanera creada en 1991 en la que históricamente los grandes beneficiados han sido Brasil y Argentina.
Quedan por ver cuáles serán las consecuencias en el bloque del ‘efecto Milei’, que sucederá a Alberto Fernández como presidente de Argentina este domingo.
El economista libertario cargó duramente contra el Mercosur en la campaña electoral y tachó de «corrupto» y «comunista» a Lula. La respuesta, en la próxima reunión del Mercosur dentro de seis meses, en Paraguay.
