Los Ángeles (EE.UU.), La estrella de los Golden State Warriors, Stephen Curry, se sincera en una entrevista con EFE, antes del estreno de su propio documental en Apple TV+, asegurando que «la única razón» por la que sigue jugando a su 35 años es «ganar un quinto anillo» de la NBA.
«Juego por la única razón de ganar un quinto anillo. Incluso en este momento de mi carrera. Uno sabe lo difícil que es competir en la élite, cada año hay nuevos retos. Eso es en lo que estoy centrado ahora», revela Curry, que en ocho años conquistó cuatro (2015, 2017, 2018 y 2022) de los siete títulos de la NBA que atesora el equipo de San Francisco.
Restan apenas unas horas para que estrene en la plataforma Apple TV+ su documental, titulado «Underrated», y en los últimos días ha sido noticia por su espectacular hoyo en uno durante el torneo de golf American Century Celebrity, celebrado en Nevada (EE.UU.).
Así que el base nacido en Akron (Ohio, EE.UU.) inicia sonriente la entrevista por videoconferencia con EFE y, previo a que se encienda el piloto rojo de ‘grabando’ en la cámara, rompe el hielo con un «todo en orden, hermano» para comenzar a repasar su carrera.
EL ADN DE UN «JUGADOR INFRAVALORADO»
Una trayectoria que comenzó hace más de 25 años en el baloncesto escolar junto al mantra de que, a pesar de sus excelentes cualidades -principalmente como triplista-, era un jugador «demasiado delgado». «Eso (su complexión física) forma parte de mi ADN y durante un tiempo tuve un pequeño resentimiento. Me lo tomaba todo en términos de agradecimiento por cada oportunidad que tenía de jugar», reconoce Steph, quien todavía arrastra la espinita clavada de ser un «jugador infravalorado».
El base que ya portaba el número 30 cuando jugaba para los Wildcats del Davidson College (Carolina del Norte, EE.UU.) batió récords y récords de anotación durante sus tres temporadas (2006-2009) en la liga universitaria NCAA mientras libraba su particular batalla personal por deshacerse de los estereotipos.
«Sabía que tenía un talento natural. Tenía que aplicarme. (…) Dejar que la disciplina del trabajo hablara por sí misma y prepararme para cualquier desafío que tuviera por delante», manifiesta quien, una década después (2015 y 2016), se alzaría con el premio a jugador más valioso (MVP) de la temporada regular de la NBA. Todo un proceso en el que, tal como se cuenta en el documental que sale este viernes, tuvo al exentrenador de los Wildcats, Bob McKillop, como uno de los principales artífices de su transformación física.
«CONSEGUÍ MI CAMBIO FÍSICO A TRAVÉS DE UN PROCESO MENTAL»
«Conseguí mi cambio físico a través de un proceso mental en el que reconocí y acepté como soy. Entendí que eso (el físico) era lo que me hacía diferente, como mi superpoder», explica Steph. Y añade que la clave de su éxito se basó en evitar comparaciones con los demás. «Simplemente trabajé en mi propia carrera y traté de mejorar cada día. (…) No quise enredarme ni tratar de estar donde ya estaban otros», detalla.
Luego vendrían los años dorados de su trayectoria, instalada en la cumbre desde 2015, superando todo tipo de registros bajo las órdenes de Steve Kerr y con Klay Thompson y Draymond Green como escuderos de lujo para bordar un baloncesto absolutamente espectacular y arrollador.
Se convirtió en el mayor anotador de triples en la historia de la NBA, en el que más tiros de tres metió en una temporada regular con 402 (2015-2016) y también en el jugador con más puntos y asistencias en la historia de los Warriors. «Valoro todos mis campeonatos, MVPs, premios y éxitos de equipo, pero también ha habido fracasos. Prefiero dejar que, por el momento, la gente hable de mi carrera para no volverme un poco complaciente», afirma Curry que, aunque esté a punto de lanzar este audiovisual sobre su vida, no descarta prodigarse ya retirado con algún otro formato.
«Yo calificaré mi carrera cuando haya terminado. Será una experiencia interesante en el futuro pero ahora estoy tratando de seguir escribiendo mi historia», concluye la figura de los Warriors.