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Sao Paulo quiere que su plaza de la Catedral deje de dar miedo

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Sao Paulo quiere que su plaza de la Catedral deje de dar miedo
Personas caminan en la plaza de la Sé, donde se encuentra la Catedral Metropolitana, el 20 de junio de 2023 en Sao Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana

Sao Paulo,  La plaza de la Catedral de Sao Paulo, el kilómetro cero de la mayor ciudad de Suramérica, ofrecía hasta hace poco una imagen opuesta a la de una tarjeta postal. Insegura, sucia y foco del narcomenudeo, las personas que pasaban por allí caminaban rápido, con las manos en los bolsillos y la mirada alerta.

Ahora, el Ayuntamiento de la ciudad brasileña ha lanzado un plan para “revitalizar” el centro y ha empezado por la simbólica plaza. Sin embargo, cuesta lavar la mala fama que esta se ha ganado en los últimos años y los esfuerzos, advierten organizaciones de la sociedad civil, amenazan con empeorar la situación de las personas sin hogar que viven allí.

LIMPIEZA Y POLICÍA
A las 9.00 de la mañana, la plaza de la Sé (“catedral”, en portugués) ya parece empeñada en mostrar su nueva cara. Operarios con chaleco naranja terminan los muretes del parque, un camión de limpieza barre la acera y tres coches de policía montan guardia frente a las escaleras de la catedral, un edificio neogótico con bóveda verde.

Desde abril, el Ayuntamiento ha aumentado los turnos de limpieza -retiran 1,3 toneladas de basura de la plaza diariamente-, cambiado las bombillas de las farolas por otras más potentes, y multiplicado por diez la presencia policial. Como resultado de la mayor presencia policial, en los primeros cuatro meses del año el distrito de la catedral registró 303 investigaciones policiales por una variedad de delitos, el menor nivel desde 2019.
El objetivo final del plan, que incluye fomentar la inversión inmobiliaria a base de exenciones fiscales, es atraer a 200.000 nuevos residentes al centro.

A pocos pasos de la policía, Junia Galvão, de 70 años, posa sonriente frente a la catedral. Vive en una ciudad cercana y cada año viene a rezar un Padre nuestro. Se dice “sorprendida” por la mejora. “No podías pasear; daba una imagen muy mala, de abandono”, recuerda de su última visita.

El vicealcalde responsable del área, Álvaro Batista Camilo, defiende en entrevista con EFE que la plaza tenía “los niveles más altos de desorden urbano” de la ciudad, entre robos y tráfico de drogas, y asegura que, tras las acciones, “se ha empezado a notar un mayor movimiento de gente que antes no venía”.

LA POLÉMICA «EXPULSIÓN» DE LOS SIN TECHO
Por otro lado, la instalación de vallas alrededor de las zonas ajardinadas y el despliegue policial ha sido visto por algunas organizaciones sociales como una estrategia para expulsar a las personas sin hogar, cuya cifra se ha disparado desde la pandemia y hoy suma 32.000 en toda la ciudad, según el Ayuntamiento.

En febrero, el plan municipal fue momentáneamente detenido en los tribunales después de que activistas presentaran una denuncia contra la retirada de las tiendas de campaña en las que vivían muchos mendigos y que ocupaban partes de la plaza. José Fernandes, un hombre sin hogar de 45 años, se queja de la hostilidad de algunos guardias municipales.

“Uno puede estar sentado comiendo en la acera y te dicen que te levantes”, asegura, haciendo el gesto de la patada. “Desde que pusieron las vallas están envalentonados”.
Frente a las críticas, el vicealcalde Camilo afirma que las vallas son “temporales” y niega que se esté expulsando a los mendigos de la plaza. Eso sí, se les está pidiendo que desmonten las tiendas de campaña durante el día para, dice, limpiar el suelo e impedir que se bloquee la circulación de los viandantes.

Evaldo dos Santos, de 55 años y dueño de un pequeño restaurante en la plaza, asegura que las acciones del Ayuntamiento no son suficientes para levantar el negocio.
“Traficantes de droga ya no hay, pero clientes tampoco”, señala. Al mediodía, el caldero de café dulce que prepara todas las mañanas sigue lleno, y últimamente apenas sirve una decena de almuerzos, frente al centenar de hace unos años.

“Ha habido mucha propaganda negativa en la televisión sobre los robos y la inseguridad. La llaman ‘la plaza del miedo”, dice Evaldo. “Se necesitan conciertos de sertanejo para que vuelva la gente”.
Jon Martín Cullell

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