«Hemos alcanzado un significante hito en la pandemia, un verdadero cambio de enfoque que puede permitir a los viajeros volver a volar sin preocuparse excesivamente por un cambio de normas a última hora que complique o les imposibilite viajar», señaló el director ejecutivo de EASA, Patrick Ky.
Agregó en un comunicado conjunto difundido hoy que «la industria y los pasajeros llevan esperando mucho tiempo este momento».
«Gracias al aporte especializado de carácter epidemiológico del ECDC, con sede en Estocolmo, estamos convencidos de que este protocolo ofrece directrices prácticas y pragmáticas para viajes seguros en materia de sanidad», afirmó.
En tanto, la directora del ECDC, Andrea Ammon, subrayó que «el avance de los programas de vacunación contra la covid afortunadamente ha permitido relajar algunas medidas para viajeros con la pauta completa».
Agregó que para controlar de forma efectiva la transmisión del virus, es necesaria continuar con las vacunaciones y «actuar con prudencia, hasta que una proporción suficiente de la población europea haya sido vacunada».
«Si las medidas se relajan demasiado pronto también para las personas no vacunadas podríamos ver de nuevo un rápido incremento de casos», advirtió.
En ese sentido, se remitió a las evidencias científicas actuales y a los modelos de predicción del ECDC, que tienen en cuenta la relajación gradual de medidas no farmacéuticas -uso de mascarillas médicas, normas de higiene y distancia física- , la circulación de variantes de preocupación y el progreso de las campañas de vacunación.
En línea con las evidencias científicas actuales y las recomendaciones del Consejo Europeo, el protocolo propone por ejemplo que aquellas personas con la pauta completa o que hayan pasado el coronavirus en los últimos 180 días no tengan que presentar un test negativo antes de volar o tengan que guardar cuarentena.
Sí que deberían hacerlo aquellos viajeros provenientes de una zona de riesgo muy elevado o con presencia de variantes de preocupación, precisa.
Las recomendaciones contenidas en el protocolo no son vinculantes para los estados miembros, pero buscan ofrecer una guía clara y complementaria a las iniciativas de la Unión Europea (UE) como los certificados digitales de vacunación, y contribuir a unificar criterios.