Vuelve el legendario grupo de rock francés «Téléphone»
Javier Albisu
París, (EFE).- A orillas del parisino canal de Saint Martin unas 300 personas hacen cola a las puertas de la sala Point Ephémère. Se respira un aire cargado de nostalgia y de excitación entre un selecto público que mayoritariamente rebasa los cincuenta años, generosamente.
Se saben privilegiados porque van a escuchar en directo al legendario grupo francés «Téléphone», tres décadas después de su separación y tras haber vendido seis millones de álbumes en diez años (1976-1986) de recorrido de una banda formada por Jean-Louis Aubert, Louis Bertignac, Richard Kolinka y Corine Marienneau.
El cartel, sin embargo, anuncia para la noche del viernes un concierto de «Les Insus-portables», un juego de palabras entre «insoportables» y «teléfono móvil». Solo tres de los cuatro músicos originales de la formación se han embarcado en la resurrección de uno de los pocos grupos de rock francés de éxito internacional, junto con bandas como «Indochine» o «Noir Désir».
La bajista, Corine Marienneau, no ha enterrado el hacha de guerra. Su puesto lo ocupa Aleksander Angelov. La artista sigue enfrentada con el cantante y compositor Jean-Louis Aubert tras viejas rencillas, celos e historias de alcoba, y después de un primer intento de «come back» en 1999 que no llegó a buen puerto.
«Quería organizarlo todo, incluida mi ropa para la foto. Y le dije: ‘nunca fuiste el jefe, no lo eres y no lo serás'», explica la Marienneau a la revista «L’Obs», donde insiste en que no se puede utilizar la marca «Téléphone» sin el acuerdo de sus cuatro miembros originales.
Tampoco cristalizaron sucesivos intentos de reunificación del grupo, que creó una legión de seguidores con temas como «La bombe humaine», «Argent trop cher» o «New York avec toi» y se separó cuando su bajista, siempre díscola, pidió un año sabático para mirar la vida con mayor perspectiva.
Doce meses después, «Téléphone» anunció su separación definitiva, dejando tras de sí 59 canciones originales con títulos como «Métro c’est trop», «Hygiaphone» o «Un autre Monde».
«Téléphone» había surgido a mediados de los años setenta, cuando la frescura e insolencia del punk revolucionaba las emisoras británicas, mientras en aquella Francia presidida por Valéry Giscard d’Estaing dominaban la escena musical autores como Léo Ferré, Johnny Hallyday, Barbara, Jacques Brel, Serge Gainsbourg o Georges Moustaki, casi todos eminencias de la «chanson française».
En su primer concierto, una actuación que casi improvisaron el 12 de noviembre de 1976, el cuarteto «Téléphone» tocó canciones de «Led Zeppelin», «The Who» y «The Rolling Stones» ante unas 500 personas, sembrando la semilla de un ascenso fulgurante que les convirtió en el grupo de referencia en aquella Francia «ochentera».
Casi treinta años después, sexagenarios y con las caras bien curtidas, se han vuelto a juntar para ofrecer dos horas de concierto que arrancó con «Crache ton venin», canción del homónimo disco publicado en 1979. Y con una frase del líder del grupo, Jean-Louis Aubert, que resume la que fue su repentina disolución como banda:
«Buenas noches. Se nos había olvidado deciros adiós… y gracias», deslizó el cantante para dar paso a casi dos horas de concierto que cerró con un otro guiño a la nostalgia sobre las notas de «Tu vas me manquer» (Te voy a echar de menos).
El distanciamiento actual de Marienneau con sus antiguos compañeros de escenario, sin embargo no es total. La bajista sí participó en la reedición remasterizada de los grandes éxitos del grupo, que llegará a las tiendas de discos el próximo 20 de noviembre.
El martes que viene actuarán en el Splendid de Lille. Las 900 entradas se vendieron en unos pocos minutos. Después llegará la nueva reedición de sus grandes éxitos y 2016 será el año del 40 aniversario del nacimiento de la banda. ¿El trampolín perfecto para fumar la pipa de la paz y satisfacer a los millones de seguidores que crecieron bailando sus melodías desenfadadas?.
«Si mañana se presenta la posibilidad de reformar ‘Téléphone’, prometo que haré un esfuerzo», lanza la bajista. EFE
