Santo Domingo.- La vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, aseguró que la denegación de justicia, la indefensión y la desatención en los casos de denuncia de violencia contra la mujer «está demostrado que generan muertes que se pudieron haber evitado» y calificó de «alarmante» que en lo transcurrido de 2014 haya 72 víctimas de la violencia de género..
«Las raíces del mal de la violencia están en los antivalores que tenemos que erradicar como sociedad como son el machismo y la intolerancia. Frente a esos lastres, nuestro reto es hacer posible la igualdad entre hombres y mujeres a partir de una nueva concepción de ser hombre».
La vicepresidenta realizó dichas valoraciones al pronunciar una conferencia sobre la «Protección contra la violencia de género como valor y derecho» en la Universidad Católica Santo Domingo.
«Si las intervenciones son débiles y desenfocadas, muchas veces, en vez de evitar violencia, se puede generar más violencia. Por ejemplo, la denegación de justicia, la indefensión y la desatención en los casos de denuncia de violencia contra la mujer está demostrado que generan muertes que se pudieron haber evitado».
Tras indicar que se requiere la participación de todos los actores de la sociedad para que las intervenciones en materia de prevención que se hacen desde el Estado sean «eficaces», informó de que en lo transcurrido de 2014 se han producido más de 50.000 denuncias de algún tipo de violencia de género en todo el país.
A su vez, reveló que cada fallecimiento por violencia machista, deja de media tres hijos en la orfandad.
La vicepresidenta consideró además, que la promoción de una cultura basada en valores éticos y morales, y la aplicación de las leyes de protección a la mujer, marcan también la ruta acerca de la acciones que se deben implementar para impedir que sigan muriendo más mujeres a manos de sus parejas, y para que la violencia y sus efectos no se sigan reproduciendo y convirtiéndose en lo cotidiano y lo común en el seno familiar.
Afrontar la violencia contra la mujer, explicó, constituye el «gran reto» que tiene la sociedad dominicana, y para combatir el flagelo se requiere de «respuestas integrales, contundentes y efectivas» desde la familia en materia de salud pública, y desde el Estado mediante el fortalecimiento de la justicia, la educación y la protección social.
Reiteró el papel de los medios de comunicación y llamó a éstos para que presenten modelos positivos a la sociedad, para frenar los comportamientos violentos que contribuyen a replicar los hechos de violencia.
Opinó que la familia es el ambiente idóneo para prevenir la violencia, pues en su seno se alimenta o se corta este mal y subrayó la necesidad de fortalecer la justicia y mejorar la respuesta judicial y policial para que se apliquen de forma efectiva las medidas de protección para mujeres en riesgo de muerte, así como el sometimiento y condena de los atacantes para evitar que estos delitos queden impunes.
«Si las intervenciones son débiles y desenfocadas, muchas veces, en vez de evitar violencia, se puede generar más violencia. Por ejemplo, la denegación de justicia, la indefensión y la desatención en los casos de denuncia de violencia contra la mujer está demostrado que generan muertes que se pudieron haber evitado».
Por otro lado, valoró la tipificación en el nuevo Código Penal de la violencia intrafamiliar y la previsión de las órdenes de protección, así como agravamiento de penas de hasta 40 años para homicidio a mujeres, niñas y niños.
A su vez, consideró que la promoción de una cultura basada en valores éticos y morales, y la aplicación de las leyes de protección a la mujer, marcan también la ruta acerca de la acciones que se deben implementar para impedir que sigan muriendo más féminas en manos de sus parejas, y para que la violencia y sus efectos no se sigan reproduciendo y convirtiéndose en lo cotidiano y lo común en el seno familiar.
