Patricia Mejía Heredia Heredia
Al conmemorarse hoy, 54 años donde fueron muertas brutalmente las hermanas Mirabal a mano del sátrapa Rafael Leónidas Trujillo, la sociedad dominicana sigue reclamando justicia para sus mujeres. Este aniversario de la muerte de las Mariposas encuentra que la tierra de estas mártires ha sido bañado de sangre en 72 ocasiones a manos de los herederos de la “dinastía trujillista”.
Esta cifra es planteada por el Departamento de Estadísticas de la Procuraduría General de la República, donde se expresa que el año pasado cerró con 71 feminicidio y este período, que no ha finalizado, lleva 72 muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas.
Esto refleja que el dolor y la angustia que ha vivido este pueblo de asesinatos y muertes de sus damas no han despertado la conciencia y el interés de educar para que cese la violencia hacia la mujer.
La situación es un diario vivir, es como si los “machos” no se tocaran el alma, demuestran su hombría cegándole la vida a quien un día dijeron amar, la pregunta sería, ¿qué clase de amor es ese? Que hiere, lástima, daña y veja hasta llegar a dar muerte a alguien que una vez debió ser supuestamente especial para él.
Esta sociedad con sus actos demuestra que aún sigue viviendo y educando para el machismo, donde el hombre tiene potestad de decidir sobre la mujer,
donde la mujer sigue siendo un cero a la izquierda hasta en las instituciones gubernamentales, que se supone es quien debe velar porque exista una equidad.
La muerte de Patria, Minerva y María Teresa ha servido simplemente para crear conmoción, lamentaciones y actividades recordatorias, pero no ha sido suficiente para calar en la conciencia de una colectividad que valora poco al ser que les da la vida.
Estamos como ayer, las mariposas claman justicia por las miles de mujeres que mueren a diario a manos de “unos Trujillos” que sigue impregnando y trasmitiendo su legado de generación en generación.
