HOUSTON/TEXAS.- El preso mexicano Edgar Tamayo, fue ejecutado mediante inyección letal en la cárcel de Huntsville, después de que el Tribunal Supremo rechazara el último recurso presentado por sus abogados.
Testigos presenciales de la ejecución, Tamayo se negó a decir unas últimas palabras antes de la inyección letal que acabó con su vida.
La ejecución de Edgar, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1994, se produjo con 3 horas de retraso, debido a la presentación de un recurso de última hora ante la corte suprema.A petición del preso, ningún familiar suyo presenció sus últimos momentos, a los que sí asistieron diversos parientes del agente asesinado, familiares cercanos.Pocos minutos después de la ejecución, la abogada de Tamayo, acusó al gobernador de Texas, Rick Perry, de «haber faltado al respeto a Tamayo, a Texas, a México y a Estados Unidos».
La ejecución se llevó a cabo a pesar de las protestas de organizaciones políticas y sociales internacionales, como la OEA y Amnistía Internacional, que han denunciado la falta de un juicio justo y la discapacidad mental leve que sufría Tamayo.En las horas previas, Tamayo había confesado que estaba «listo» para morir y que 20 años en el corredor de la muerte «son demasiados».
