Miami (EE.UU.),(EFE).- El cantante argentino Facundo Cabral llega a Miami para decirle adiós a los escenarios con su última gira de conciertos, tras una prolífica carrera de 50 años.
«Es la última gira esta, ya estoy viejo. No es una decisión mía, es del cuerpo. El cuerpo ya no quiere más, está muy cansado, tengo mucha debilidad física», dijo a Efe Cabral en Miami, donde ofrecerá este 9 de octubre en el Dade County Auditorium su último recital.
«Tengo la salud así: en un hilo», aceptó.
A Miami llegó el domingo para cerrar el periplo que tituló «La gira del adiós» y que ya ofreció en 118 ciudades.
Quizás su retiro sea una gran desilusión para sus seguidores en todo el mundo y Cabral manifiesta que a veces lo siente como una «traición».
«Yo lo siento como una traición abandonar. Tenés todo acá (mente) pero el cuerpo no te responde», sostuvo al tiempo que comentó que depende de una ama de llaves para levantarse de su cama, de la silla del escenario, etc.
Para este artista, al que no le quita el sueño ganarse un Grammy ni recibir discos de platino, su carrera ha sido una «fiesta» y no un trabajo y su retiro responde a la ley natural de la vida.
«No se puede ser tan pretencioso. Tengo 72 años, canté 50 años y conocí casi el mundo completo. ¡¿Qué más querés?!», afirmó el trovador nacido en La Plata y cuya discografía suma más de 25 producciones.
Según el intérprete de «Vida sencilla», el futuro será un tiempo para seguir leyendo, ver documentales, escribir, viajar, recordar e imaginar qué cosas podría hacer.
Unos de sus temas más conocidos, «No soy de aquí ni soy de allá», compuesto en 1970, le abrió las puertas a otras latitudes.
«Nunca fui muy profesional. Fui un vagabundo. Entonces llego a España en 1972 y resulta que esa canción la habían grabado Julio Iglesias, Alberto Cortez y Lola Flores», recordó Cabral.
Y aunque llegó al país europeo con 10 ó 12 dólares se fue con un «montón de dinero» por las regalías.
«Las canciones son regalos. ¿Sabes cuántas puertas te abre? De pronto te transformas en un tipo que la gente aprecia y a mí me gusta, como público, que la gente (los artistas) sea feliz», destacó al referirse a cantantes como la mexicana Alejandra Guzmán y la estadounidense Madonna.
«Les veo tanta alegría en el escenario», observó el también escritor, entre cuyos títulos destaca «Conversaciones con Facundo Cabral», «Mi Abuela y yo» y «Salmos».
«Es una novela esta vida, ha sido vibrante» describió el artista, nombrado «Mensajero mundial de la paz» por la UNESCO y quien conoció a Evita Perón a los nueve años para pedirle trabajo y décadas más tarde a la Madre Teresa de Calcuta, quien se convirtió en su amiga.
Cabral aseguró que, tras su último concierto, no fijará una residencia luego de cinco décadas de viajar.
«No sé lo que es vivir en una casa. Es más, yo voy a morir en un hotel. Estoy pensando en qué carajo de país me voy a quedar y qué hotel», expresó el cantor, quien asegura adorar la vida «porque es rica y es diversa» y con la cual puede seguir en la búsqueda de los personajes que convierte en canción. EFE
