Lima, .- El expresidente peruano Martín Vizcarra (2018-2020) negó haber participado en un complot junto con la líder opositora Keiko Fujimori para sacar de la jefatura del Estado a su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, conocido como PPK, quien lo acusó de ese extremo.
«No ha habido ningún complot contra PPK. Él decidió renunciar al cargo», declaró Vizcarra al Canal N de televisión, donde dijo que mantiene el «mayor de los respetos para un hombre como PPK».
El exgobernante enfatizó, sin embargo, que, «desde el punto de vista político», rechaza «tajantemente cualquier posibilidad de complot en el que yo haya participado para que él salga del cargo».
«Durante el mandato de Kuczynski no me reuní con Keiko Fujimori. Eso fue cuando yo fui presidente del Perú. Pero durante el mandato de PPK me reuní una vez con Keiko Fujimori y fue precisamente acompañando a PPK. Fue en una visita a Palacio de Gobierno, en la que fue acompañada de (el empresario José) Chlimper», aseguró.
Kuczynski (2016-2018) sostuvo este miércoles que el presunto complot entre Vizcarra y Fujimori provocó su renuncia al cargo, que presentó el 21 marzo de 2018, poco antes de que el Congreso, que dominaba el fujimorismo, debatiera una segunda moción de destitución en su contra por un presunto caso de corrupción.
A pesar de su denuncia, el exgobernante dijo que no tiene «nada personal» contra Vizcarra, pero agregó que recibió información de los servicios de inteligencia que le dio la certeza de que este estaba aliado con Fujimori, a la que él venció por un ajustado margen en las elecciones presidenciales de 2016.
El pasado 3 de febrero, el Poder Judicial de Perú revocó una orden de impedimento de salida del país que se dictó por 36 meses contra Kuczynski por una investigación por la presunta comisión del delito de lavado de activos en agravio de Estado durante su campaña electoral de 2016.
Además de este caso, el exgobernante está siendo investigado por presuntos actos de corrupción en la construcción de la carretera Interoceánica Sur y por otro vinculado a la constructora brasileña Odebrecht, por el que cumplió arresto domiciliario hasta abril de 2022. Tras reemplazarlo en el cargo en marzo de 2018, Vizcarra mantuvo una dura pugna con el Congreso dominado por el fujimorismo, que terminó disolviendo el 30 de septiembre de 2019.
Sin embargo, el 10 de noviembre de 2022 fue destituido por «incapacidad moral» por el Congreso siguiente, que también lo inhabilitó para ejercer cualquier cargo público durante 10 años por presuntos actos de corrupción cometidos durante su gestión como gobernador de la región sureña de Moquegua (2011-2014), que aún están siendo investigados por la justicia peruana.
Vizcarra también aseguró al Canal N que el Ministerio Público ha archivado cuatro de los cargos presentados en su contra por presunta corrupción y que fueron considerados por el Congreso para destituirlo. El exmandatario dejó abierta, además, la posibilidad de volver a postular a la Presidencia si logra anular en los tribunales la inhabilitación que le impuso el Congreso para ocupar cargos públicos.
