Santo Domingo, (EFE).- El expresidente de Chile Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022) afirmó este lunes que «nunca antes América Latina y el Caribe habían tenido tantos problemas» como hoy día, pero tampoco tantas oportunidades porque «tiene lo que el mundo necesita» para avanzar.
Así lo expresó Piñera en la Asamblea Nacional de República Dominicana, al pronunciar la conferencia magistral «Agenda política para el desarrollo económico en América Latina y El Caribe», donde hizo un repaso a la situación actual del continente y las expectativas para el futuro.
Recuperar el tiempo perdido
El exmandatario enumeró lo que considera una serie de oportunidades que el continente debe aprovechar, como ser una potencia mundial en energías renovables, tener más de un tercio del agua dulce del mundo (recurso cada vez más escaso o impredecible) y contar con «un potencial minero gigantesco, más de un tercio de la reservas del mundo están en América Latina», donde también hay un gran potencial agroalimentario y del sector turístico.
Actualmente, «el mundo está viviendo problemas muy graves», dijo en referencia a las tensiones geopolíticas, la confrontación entre potencias, las migraciones, la guerra, las pandemias (que se van a acelerar), el terrorismo, el envejecimiento de la población y el cambio climático, entre otros males que son «cada día más globales», sin que la actual gobernanza mundial pueda darles solución.
Ante esta situación global, América Latina «tiene una tremenda misión» porque, entre otras capacidades, puede hacer frente al cambio climático, tanto por la posibilidad de producir energías renovables como por sus recursos de cobre, litio, tierras raras o cobalto, insistió.
Pilares del desarrollo
América Latina «es un continente que lo ha tenido todo, pero no ha logrado lo más importante, una sociedad democrática y con justicia social», indicó Piñera, quien dio una serie de motivos que explican «por qué seguimos siendo un continente en subdesarrollo» y expuso los desafíos que representan de cara al futuro.
Se refirió a los fundamentos clásicos del desarrollo, que pasan por tener un sistema político estable, una economía libre y abierta y un sistema social inclusivo. «Sin embargo -opinó- América Latina se ha divorciado sistemáticamente de esos tres pilares».
«Hemos vivido permanentemente entre dictaduras que dan origen a democracias débiles», tampoco se ha logrado una integración económica auténtica y «es un continente muy desigual, sin condiciones para progresar en paz».
A los pilares clásicos se suman otros nuevos como la educación, «el instrumento más poderoso para el progreso para las personas y los países», pero «la calidad de la educación en nuestro continente es muy baja», según se desprende de diferentes pruebas internacionales de evaluación. «Ese es un desafío gigantesco» ante el que «necesitamos una revolución copernicana», sentenció.
Otro pilar es la inversión en ciencia y tecnología, en el que América Latina tiene niveles bajos, con una inversión del 1 % frente al 5 % de los países punteros en la materia como Israel o Corea del Sur o de más del 3 % como Estados Unidos y Alemania.
Como tercer pilar, Piñera mencionó la inversión, la innovación y el emprendimiento: «los países que han dado el salto adelante al desarrollo han invertido el 35 % de su PIB en estas materias (Corea, Taiwán, China), y en América Latina invertimos como promedio menos del 20 %».
Desafíos
Para Piñera, uno de los desafíos del continente «es mejorar la mala calidad de la política, que se ha ido deteriorando». En América Latina «tenemos un grave problema de populismo», dijo Piñera, al tiempo que se proyectaba una imagen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en la pantalla del hemiciclo.
«Populismo es prometer lo que se sabe que no se puede cumplir, prometer el cielo y entregar el infierno, tratar de engañar a la gente», afirmó.
