Severo Rivera
Michael Merlino y Andrea BocelliSanto Domingo. Desde hace varias semanas observo que los familiares del niño Michael Merlino han decidido apostar temprano al talento del menor, que con tan solo 12 años de edad ha sorprendido gratamente al público por los colores de su voz.
Con estudios en la Academia de Formación Artística de Amaury Sánchez, Merlino ha tenido como plataforma a esa entidad que en el proceso de capacitación le brinda a los que por ella pasan, la oportunidad de mostrar sus dotes en la escena. Sin embargo, entiendo que en el caso de Merlino, sus padres y allegado deben permitir que continue con su proceso de aprendizaje.
Mantenerlo en la escena, no solo lo distrae de la agenda de un niño que debe estar concentrado en sus estudios en el colegio y viviendo esa etapa. Creo que mantenerlo en la escena, protagonizando conciertos, al final le hará más daño que bien a sus propósitos. Su voz irá madurando, pero sin el dominio de las técnicas que se adquieren en las aulas, sus cuerdas vocales podrían salir perjudicadas. Los ejemplos de niños y niñas que han sido mercadeados sin llegar a buen puerto sobran….
La prudencia se impone. Michael Merlino ha demostrado que tiene mucho techo para crecer. Su presencia junto a celebridades como Andrea Bocelli, en su reciente visita al país lo evidenció de nuevo. Sus padres no parecen ver más allá de la curva y se han dejado seducir por los aplausos y las cámaras. Deben bajar la marcha con la explotación a destiempo de su carrera, al final esta decisión le sería mucho más favorable no solo a ellos, sino a Merlino.
