Los Angeles.»Él sabía». Con esas escuetas palabras como título de una carta que publicó hoy en Internet, Lisa Marie Presley, ex esposa de Michael Jackson e hija de Elvis Presley, anunció que el cantante habría previsto con años de anticipación que terminaría su vida de un modo trágico, comparable a la muerte de Elvis.
«Él sabía exactamente cuál sería su destino, y estaba en lo correcto», escribe Lisa Marie Presley en un testimonio publicado en su sitio en la red MySpace, luego de revelar que el astro de pop tenía esa inquietud ya a mediados de los años ’90, de acuerdo a conversaciones íntimas entre ambos.
«Hace años Michael y yo tuvimos una profunda conversación sobre la vida en general. No recuerdo el tema exacto, pero me debe haber preguntado por las circunstancias de la muerte de mi padre. En un momento hizo una pausa, me miró con mucha intensidad y dijo con una certeza casi tranquila Temo que voy a terminar de la misma manera que él».
«Catorce años después estoy sentada aquí viendo en las noticias cómo una ambulancia llega a su casa, las grandes puertas de entrada, la gente aglomerada, la prensa, la gente fuera del hospital, la causa de muerte», continúa la hija de Presley, «y el recuerdo de esa conversación me golpea, tal como las lágrimas imposibles de detener».
Vampiros y sanguijuelas
Esposa del cantante entre 1994 y 1996, Lisa Marie Presley también aborda ese asunto en su carta abierta.
«Quise ‘salvarlo’ de lo inevitable, que es justo lo que acaba de pasar», escribe. «Su familia y sus seres queridos también, pero no supimos cómo hacerlo hace catorce años. Tratando de salvarlo casi me perdí a mí misma. Él era una fuerza increíblemente dinámica (…). Cuando la usaba para algo bueno, era lo mejor, y cuando lo usaba para algo malo era, de verdad, realmente malo. La mediocridad no es un concepto que entrara siquiera por un segundo en el ser de Michael Jackson».
Presley y Jackson terminaron su relación por medio de una demanda de divorcio en 1996. «Terminé enferma y muy agotada, emotiva y espiritualmente, en mi búsqueda por salvarlo de ciertos comportamientos autodestructivos y de los horribles vampiros y sanguijuelas que siempre se las arreglaban para estar a su alrededor», describe. «Tenía que ocuparme de mis hijos, tenía que tomar una decisión. La decisión más difícil que he tenido que tomar nunca, que fue irme y dejar que su destino diera cuenta de él, a pesar de que lo amaba desesperadamente y de que tratara de revertirlo de alguna forma».
