Cada mes, los trabajadores dominicanos reciben en sus cuentas de capitalización individual un promedio global de RD$5,200 millones, por concepto de nuevos aportes y rendimientos de sus recursos acumulados en los fondos de pensiones.
Ese volumen de recursos financieros, propiedad de unos 2,924,757 afiliados al sistema previsional de la Seguridad Social, es la esencia de una estructura financiera que por el momento fondea la liquidez del sistema financiero dominicano, apoya la política monetaria que ejecuta el Banco Central en materia de control de liquidez y nutre las necesidades de financiamiento interno del presupuesto nacional.
Como mecanismo para financiar el desarrollo, los fondos de pensiones tienen poco que mostrar, pese a que se han aprobado normas que posibilitan su inversión en otras actividades distintas a las que mayoritariamente han sido dirigidos.
Apenas el 2.4% del monto global acumulado por los trabajadores como Patrimonio de los Fondos de Pensiones de Capitalización Individual, que es administrado por las administradoras de fondos de pensiones (AFP), está colocado en empresas privadas, financiando proyectos de inversión.
La creciente acumulación que ejercen los fondos de pensiones lo consolidan como el principal factor de ahorro interno que tiene la economía, con una equivalencia que ya al 30 de junio pasado representaban el 12.1% del producto interno bruto (PIB), un avance de 1.1 puntos porcentuales con relación al cierre de diciembre del 2014, cuando su equivalencia era de 11.0% del PIB. La evolución de los fondos de pensiones ha sido consistente desde el año 2005, cuando eran el 2.3% del tamaño de la economía.
Potencial limitado
El vaticinio hecho por el economista Arismendi Díaz Santana, consultor en materia de seguridad social y redactor del proyecto que generó la ley que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social, de que con esta legislación los trabajadores dominicanos se convertirían en “accionistas del desarrollo nacional”, todavía no se ha cumplido. Hasta el momento son indirectamente prestamistas del presupuesto nacional.
Al 30 de junio el patrimonio de los fondos de pensiones ascendía a RD$337,464.3 millones, de los cuales RD$264,061.5 millones, equivalente al 78.25%, correspondían a fondos de capitalización individual, un 8.08% estaba constituido por planes de reparto individualizados (RD$27,260.3 millones) y 0.06% correspondía a planes complementarios, con un monto de RD$214.8 millones. Los otros integrantes del patrimonio son el Fondo de Solidaridad Social que representaba un 5.33% y un monto de RD$18,002.1 millones y el Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA), con valor de RD$27,925.6 millones, equivalente al 8.28% del patrimonio total de los fondos de pensiones.
El destino mayoritario de esos recursos estaba en el sector público. Según el más reciente boletín trimestral de la Superintendencia de Pensiones (Sipen), correspondiente al período marzo-junio, la inversión de los fondos de pensiones estaba distribuida en siete categorías de destinos, pero con una fuerte concentración en el sector público, que representaba más del 66% del total.
La publicación de la Sipen dice que al 30 de junio en la banca múltiple había colocaciones por RD$83,570 millones, equivalente a un 26.9%; en el Banco Central RD$148,605.88 millones, para un 47.9%; en el Ministerio de Hacienda RD$59,131.42 millones, equivalente a un 19%; en las asociaciones de ahorros y préstamos RD$9,318.22 millones, para una ponderación de un 3.0%; en los bancos de ahorros y créditos RD$1,244.51 millones, para un 0.4%; en el BNV RD$881.13 millones, equivalente a 0.3% y en títulos de deuda de las empresas privadas RD$7,333.43 millones, para un 2,4% de la cartera total. En organismos multilaterales el monto invertido era de RD$343 millones, para una participación del 0.1%.
Consultado por elCaribe, el economista Díaz Santana, quien fue el primer gerente general del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), dijo que “la concentración de los fondos de pensiones en pocas canastas resulta altamente riesgosa para los trabajadores dominicanos, especialmente en las actuales condiciones, caracterizadas por un elevado endeudamiento, y gran rigidez en la estructura del presupuesto nacional. Hasta ahora no hemos tenido ningún problema, pero se avecinan serios nubarrones internacionales que podrían cambiar el panorama nacional”.
En cambio, el superintendente de Pensiones, Ramón Emilio Contreras Genao, dijo el pasado jueves durante un acto en el cual la Sipen recibió una certificación internacional, que más del 70% de los fondos de pensiones están invertidos en certificados de Hacienda, del Banco Central y de la banca comercial, situación que consideró “insostenible”.
“Hay que diversificar la inversión de los fondos para poder tener un rendimiento adecuado, pero también para que se conviertan en motor del desarrollo de la República”, dijo el funcionario l
Esperanza
“Creo que ha llegado el momento de que los fondos de pensión empiecen a explorar esos nuevos nichos de inversión”.
Concentración es por tradición de empresas
El economista Arismendi Díaz entiende que esta alta concentración es el resultado del rápido crecimiento de los fondos previsionales en esta etapa del régimen previsional, y del limitadísimo mercado de valores del país. “La baja participación de títulos de las empresas privadas, indica que éstas continúan siendo negocios familiares, y con poca inclinación a una mayor transparencia”, indicó.
“En mi libro Cómo se Diseñó y Concertó la Ley de Seguridad Social, señalo que con el sistema de capitalización individual los trabajadores dominicanos se convertirían en “accionistas del desarrollo nacional”.
Confirma nuestra afirmación, el hecho de que los fondos de pensiones ya superen los 355 mil millones”, agregó. Y destacó que ese monto “ya representa más del 12% del PIB y alrededor del 60% del presupuesto nacional para el 2016”.
