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jueves , 25 abril , 2024

Curar a Sudán a más de 10.000 kilómetros de distancia

Washington, Desde que estalló el conflicto en Sudán, el médico Mohamed Eisa vive por y para trabajar: durante el día este especialista en el aparato digestivo atiende a pacientes en Pittsburgh (Pensilvania, EE.UU.) y en sus ratos libres pasa consulta de forma telemática a enfermos en su país natal.

Todo esfuerzo es bienvenido en Sudán, donde el 70 % de los servicios sanitarios no funciona debido a la escasez de suministros, personal y a la falta de acceso: Un total de 21 hospitales han sido evacuados de forma forzosa por los combatientes y 17 han sufrido ataques aéreos y terrestres, según datos del Sindicato de Médicos sudanés.

Eisa, secretario general de la Asociación de Médicos Sudanesa-Estadounidense (SAPA, en inglés), lo pudo comprobar de primera mano la última vez que estuvo en Jartum, en abril pasado, cuando estallaron los combates entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Este facultativo, que lleva viviendo siete años en EE.UU., visitaba a su familia en la capital, cuando estallaron los combates, y tuvo que abandonar rápidamente el país junto a los suyos.

«Estábamos en casa antes de marcharnos y podíamos oír los bombardeos, el ruido de armas pesadas…», explicó a EFE este médico, quien recuerda que aquellos días temía que algún proyectil cayera en la vivienda. Al comienzo de las hostilidades, Eisa acudió al hospital más cercano, el Ibrahim Malek, uno de los mayores de Jartum, por si podía echar una mano, el centro estaba siendo evacuado después de que un misil impactara en sus instalaciones. El médico descartó ir a otros hospitales a prestar ayuda ante el bloqueo de las carreteras y la inseguridad en las calles.

Más tarde, tuvo que ocultar su profesión para proteger su vida: cuando salía de Jartum a bordo de un autobús con destino a la ciudad costera de Port Sudan, en el este, para dirigirse a Arabia Saudí y de allí a EE.UU., se tuvo que deshacer de toda documentación en la que indicara que es médico, ante el riesgo de que lo secuestraran. «Una de las partes en conflicto te puede raptar y mantenerte como rehén para que trates a sus heridos», apuntó Eisa, mientras visitaba Washington DC junto a otros miembros de SAPA.

Con el Capitolio de EE.UU. de fondo, Eisa rememoró un viaje de 14 horas por tierra hasta Port Sudan, a orillas del mar Rojo, donde los milicianos de FAR los interceptaron varias veces para registrarlos a punta de pistola. De regreso a casa en el país norteamericano, este médico ha vuelto a sus tareas cotidianas, que compagina con la ayuda a Sudán.
Él y compañeros como el oncólogo Yasir Elamin, que reside en Houston (Texas), y el dentista Ameir Eltom, desde Filadelfia (Pensilvania), intentan llevar alivio a los sudaneses desde EE.UU.

Elamin precisó a EFE que están apoyando hospitales y zonas seguras, como una maternidad en Omdurman, ciudad vecina a Jartum y «una de las partes más ajetreadas» del área metropolitana. En paralelo, gestionan un ambulatorio en Madani, la segunda ciudad del país, para asistir a los numerosos desplazados internos por el conflicto que han llegado allí; y han hecho dos envíos de medicinas y equipamiento médico a través de Port Sudan.

La crisis no han hecho más que empeorar la frágil situación sanitaria en la que Sudán se encontraba: el sistema de salud era «débil» antes de la guerra, aseguró Amin, quien destacó el panorama al que se enfrentan lugares como Madani, que ha visto un incremento del 150% en el número de pacientes, debido a la avalancha de desplazados internos.

Eltom agregó a EFE que también respaldan el mayor hospital de Darfur, en la ciudad de Niala, en el oeste de Sudán, al que están ayudando a cubrir «los gastos corrientes».
Básicamente, se necesita «de todo» en los hospitales, remarcó este dentista, quien detalló que actualmente no es fácil hacer llegar material a las distintas partes Sudán debido al bloqueo de las carreteras.

«Hay una gran necesidad que ha emergido en las últimas dos semanas de medicación inmunosupresora para los pacientes con trasplantes, por ejemplo, tanto si es para trasplantes de hígado, como de riñón, etc. Hay una gran necesidad de asistencia psiquiátrica o psicológica por el gran estrés derivado de la guerra», dijo Eltom.

Desde EE.UU. estos médicos también ofrecen teleasistencia sanitaria de todo tipo, incluidas especialidades, a través de WhatsApp, aunque están mutando hacia otra aplicación para facilitar este tipo de atención médica, si bien todo es un reto actualmente en Sudán y las conexiones de internet y de redes móviles no siempre funcionan.

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