En Especial
Cristhian Jiménez
Santo Domingo. “Hartos de un mundo sin la dignidad del peligro”, como personajes de Borges, los perremeistas rememoran, temprano, las guerras fratricidas de sus padres ante la debilidad actual de la oposición y la certeza de fecha de caducidad del único liderazgo partidario. La situación afecta la gestión gubernamental, pese a que el presidente Luis Abinader mantiene una desbordante presencia en el escenario nacional.
Si Abinader alguna vez pensó “bajarse de la tarima”, como le recomienda Julián Roa, compañero comentarista de “A Diario”, parece que encuentra razones para desoir el reclamo, so pena de ser invisibilizado ante la ruidosa, aplastante y extemporánea campaña de aspirantes presidenciales.
Abinader, ganó las elecciones del 2020 y continuó en las calles, llegando en ocasiones a registrar 19 actividades en un fin de semana entre primeros palazos e inauguraciones, vigencia que se reflejaba positivamente en las encuestas. Se advirtió desde los medios el riesgo del desgaste, pero el mandatario continuó y reforzó la línea de exposición en la campaña electoral reciente con su “LA Semanal”. Encuestas oficiales internas validaron la iniciativa.
Leonel Fernández, tres veces presidente, experto en comunicación política y principal líder opositor certificó el acierto al abrir un espacio semanal similar, también los lunes, horas antes de la versión presidencial.
Tras vencer cómodamente en las elecciones en mayo último, los críticos de la abrumadora exposición, pensamos que el mandatario eliminaría el espacio o disminuiría su frecuencia. Fallamos. Se intensificó, al extremo de que ha servido de plataforma para la presentación de las reformas patrocinadas por el Poder Ejecutivo, y que Abinader aprecia prioritarias.
Las críticas se mantuvieron, pero nuevamente fueron validadas por el aspirante presidencial Fernández, al anunciar que reinstalaba sus encuentros semanales con los periodistas.
LA Semanal baja en ocasiones por la banalización y la expresión de intereses particulares y grupales en las preguntas, pero mantiene la atención nacional y es indudable que pauta la agenda política, lo que podría haber hecho reaccionar a Fernández, presidente de la Fuerza del Pueblo.
Como espacio principal de divulgación de las políticas oficiales y de las actividades del presidente Abinader, fuerza la atención de los medios y de los sectores que puedan ser impactados por decisiones gubernamentales.
Además de este fuerte instrumento de divulgación y promoción semanal, Abinader está diariamente en diversos escenarios locales y acude a compromisos internacionales que ameritan atención noticiosa, además de las reuniones bilaterales con otros mandatarios y actividades de agencias oficiales en el exterior y de entidades y grupos civiles dominicanos.
La vigencia del mandatario es indudable, pero los caminos que transitan los aspirantes presidenciales y sus comprometidos seguidores se divorcian con frecuencia de la visión y prioridades de Abinader.
En el caso de la reforma constitucional, Abinader fue derrotado por sus diputados, pese a que la dirección política del PRM dio su apoyo absoluto a todas las iniciativas de reforma del mandatario.
En otras propuestas han surgido opiniones congresuales que se distancian de los planteamientos presidenciales y que parecen cuidar espacios de apoyo con miras a las elecciones del 2028, en las que estará ausente Abinader por exclusión constitucional y su insistente postura de rechazo a inventos personalistas de graves consecuencias en el pasado reciente.
Hay intereses desafectos a decisiones del gobierno, que coincidirían con aspiraciones partidarias internas que estarían ampliando el distanciamiento entre grupos adversos.
Una divisa peligrosa es asumir cuentas y plataformas influyentes para dañar a “compañeros”, sin importar que a la postre se afecte a la administración en sentido general.
La frase que corre de boca en boca como lamento es: si ocurre a un mes de la juramentación que pasaría a mitad de mandato.