Seúl (EFE). Los ejércitos de Corea del Sur y EE.UU. iniciaron hoy sus maniobras estivales, conocidas como Ulchi Freedom Shield, en medio de tensiones crecientes con el régimen norcoreano, que ha intensificado su acercamiento militar con Rusia. Los ejercicios, que se prolongarán hasta el 29 de agosto, incluyen simulaciones informáticas, maniobras con fuego real y ejercicios de defensa civil, según el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano.
El Ulchi Freedom Shield de este año contará con unos 19.000 soldados surcoreanos y abarcará 48 ejercicios en el terreno, superando los 38 de 2023. Como novedad, se incorporarán simulaciones de ataques nucleares norcoreanos en los ejercicios de defensa civil, un reflejo del creciente enfoque en la preparación para amenazas más graves.
Las maniobras se producen en un contexto de tensas relaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte, especialmente desde que el líder norcoreano Kim Jong-un declaró a principios de año que el Sur es el «principal enemigo nacional». Corea del Norte ha reforzado su cooperación militar con Rusia y ha enviado globos con desechos al Sur como respuesta a los globos con propaganda enviados por activistas al Norte.
El régimen norcoreano ha condenado enérgicamente estos ejercicios, considerándolos como «los juegos de guerra más ofensivos y provocadores». El Instituto de Estudios Americanos del Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano calificó las maniobras de «ensayo para invadir su territorio» en un artículo de opinión publicado por la agencia de noticias estatal KCNA.
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha instado a mejorar la preparación para enfrentar las amenazas norcoreanas, como la propagación de información falsa, noticias falsas y ciberataques. En una reunión del Gabinete celebrada en Seúl, Yoon subrayó la importancia de fortalecer la respuesta ante estas amenazas.
La semana pasada, Yoon ofreció nuevamente diálogo a Pionyang, aunque enfatizó la necesidad de mejorar la situación en materia de derechos humanos en Corea del Norte. Este cambio en la postura, que prioriza los derechos humanos sobre la reconciliación, podría aumentar la hostilidad del régimen de Kim Jong-un hacia el Sur.
Muchos expertos creen que esta postura más dura podría generar una mayor resistencia por parte del régimen norcoreano y posiblemente intensificar sus acciones hostiles contra Corea del Sur.