Tokio (EFE) — Nagasaki, en el sudoeste de Japón, conmemoró este viernes el 79 aniversario del ataque nuclear que devastó la ciudad. La ceremonia, que se llevó a cabo frente a la Estatua de la Paz, cerca del hipocentro de la explosión, destacó por la notable ausencia de los embajadores de Estados Unidos y otros países del G7, quienes boicotearon el evento en protesta por la decisión de las autoridades locales de no invitar a Israel.
El alcalde de Nagasaki, Shiro Suzuki, defendió la exclusión de Israel, afirmando que no se trata de una decisión política, sino de seguridad. En el evento, se leyó una Declaración por la Paz que abordó no solo el desarrollo de armas nucleares y la situación en Ucrania y Oriente Medio, sino también los desafíos actuales en torno a la proliferación nuclear.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, se comprometió a liderar los esfuerzos internacionales para lograr la abolición nuclear, asegurando que Hiroshima y Nagasaki sean las únicas ciudades en haber sufrido tales tragedias. Como es tradición, se realizó una ofrenda de flores y agua en memoria de las víctimas del bombardeo y un minuto de silencio a las 11:02, hora exacta en la que explotó la bomba.
La decisión de excluir a Israel del acto conmemorativo generó controversia. La Embajada de EE.UU. en Tokio, junto con las embajadas de Canadá, Francia, Alemania, Italia y la Unión Europea, informaron que sería difícil participar de alto nivel en la ceremonia sin la inclusión de Israel.
En contraste, el embajador de Israel en Japón, Gilad Cohen, asistió a la ceremonia en Hiroshima el martes anterior, donde también se criticó la exclusión de Rusia, Bielorrusia, y Palestina.
El ataque a Nagasaki, ocurrido el 9 de agosto de 1945, con la bomba ‘Fat Man’, resultó en la destrucción de más del 40% de la ciudad y en la muerte de aproximadamente 40.000 personas inmediatamente. En total, se estima que el ataque y sus secuelas provocaron unas 400.000 muertes en ambas ciudades.