Daca (EFE). Las embajadas de la Unión Europea (UE) han mostrado este martes su «profunda preocupación» por los informes de ataques contra minorías religiosas y étnicas en Bangladés, un país de mayoría musulmana que enfrenta una crisis tras la dimisión y huida de la ex primera ministra Sheikh Hasina. Las protestas antigubernamentales que llevaron a la caída del gobierno han dejado más de 400 muertos, casi un centenar en las últimas 24 horas.
El embajador europeo en Bangladés, Charles Whiteley, expresó en un comunicado conjunto que los jefes de misión de la UE están muy preocupados por los informes de ataques a lugares de culto y a miembros de minorías. Aunque Whiteley reconoció los esfuerzos del movimiento estudiantil por proteger a las minorías, también llamó a rechazar la violencia comunal.
La violencia comunitaria no es inusual en Bangladés, donde los musulmanes constituyen el 90% de la población de más de 170 millones. La organización de derechos locales Ain O Shalish Kendra reportó 21 incidentes de ataques a minorías, principalmente hindúes, entre enero y marzo de este año, con 28 personas heridas. En 2023, se denunciaron ataques a 108 casas y 29 negocios de minorías en 22 incidentes, resultando en un muerto y 81 heridos.
Tras la caída del gobierno y la huida de Hasina, el país ha visto un aumento en la violencia, que no solo afecta a minorías religiosas sino también a otros grupos. Entre estos están los ‘biharis’, ciudadanos musulmanes de origen indio que emigraron durante la partición de 1947 al Pakistán Oriental, y que actualmente viven en un campamento congestionado en Daca. Este grupo es visto por algunos en Bangladés moderno como traidores que apoyaron a Pakistán durante la guerra de independencia.
Didar Ahmed, un banquero en Daca, reportó la tensión en las afueras del campamento de los biharis, donde turbas enfurecidas amenazaban a los residentes. El nuevo Gobierno interino tendrá la prioridad de restaurar el orden en las calles tras un mes de protestas que exigían la eliminación de un sistema de cuotas en el empleo público y la renuncia de Hasina tras la represión violenta de las manifestaciones.
