Mogadiscio (EFE).- Cientos de personas se manifestaron este lunes en la playa de Lido en Mogadiscio, Somalia, para protestar contra el terrorismo tras el atentado del pasado viernes que dejó al menos 39 muertos y 246 heridos. La protesta, cargada de emoción, vio a manifestantes, muchos de ellos jóvenes y algunos supervivientes del ataque, portando pancartas con lemas como «Ahora es el momento de luchar contra los terroristas» y «Lo que sucedió en la playa de Lido es una señal del fin del grupo».
Omar Elmi, un joven que estaba en la playa antes del ataque, expresó su pesar por la muerte de amigos y urgió a mejorar la seguridad nacional. En la protesta, algunas personas rezaban por las víctimas mientras sostenían un Corán.
El primer ministro somalí, Hamza Abdi Barre, anunció el sábado la detención de varios agentes de la policía y de los servicios de inteligencia en relación con el ataque. El ministro de Juventud y Deportes, Mohamed Barre Mohamud, afirmó que las investigaciones están en curso y que el atentado representa el «último golpe» de Al Shabab antes de su desaparición.
El ataque comenzó alrededor de las 22:00 hora local (19:00 GMT) del viernes, cuando un terrorista se hizo explotar en la terraza del Hotel Beach View en la playa de Lido. Posteriormente, otros atacantes abrieron fuego contra la multitud. La policía mató a tres terroristas y arrestó a otro antes de que pudiera detonar un vehículo lleno de explosivos.
Este ataque se produjo después de varios meses de relativa calma en Mogadiscio, durante los cuales las medidas de seguridad habían sido reforzadas. Somalia ha intensificado sus operaciones militares contra Al Shabab desde que el presidente Hassan Sheikh Mohamud declaró en agosto de 2022 una «guerra total» contra el grupo. Las ofensivas han contado con el apoyo de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS) y, en ocasiones, con bombardeos aéreos de Estados Unidos y Turquía.
Al Shabab, afiliado a Al Qaeda desde 2012, sigue perpetrando atentados para derrocar al Gobierno central y establecer un Estado islámico de corte wahabí. El grupo controla áreas rurales en el centro y sur de Somalia y también ha atacado a países vecinos como Kenia y Etiopía. Somalia ha estado en conflicto y caos desde 1991, cuando el dictador Mohamed Siad Barre fue derrocado, dejando al país en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.